Siguen los logros del modelo de sustitución de importaciones. Debemos realmente congratularnos de tener una clase dirigente a la que se le ocurren todas estas soluciones novedosas, nunca antes puestas en práctica ni en Argentina ni en el resto de los países pobres del mundo.
El domingo leía en La Nación que, además de la reedición del BANADE, los "industriales" de la UIA (Unión de Infames Argentinos) piden políticas específicas por sector. Ojo, por sector industrial representado en la UIA, no para todo el mundo.
Este es el punto de vista de Roberto Cachanosky, que una vez más tiene que salir a explicar una serie de obviedades grandes como una casa. Realmente da mucha pena que haya que seguir contando el final de una película que ya vimos tantas, pero tantas veces antes:
Los diarios del viernes pasado cuentan que durante un foro realizado en Mar del Plata, directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) reclamaron algunas políticas para el sector como: 1) incentivos fiscales, 2) mantener alto el tipo de cambio y 3) la creación de un banco nacional de desarrollo. Al leer este listado de “pedidos”, la pregunta que surge es: ¿perdón, se les ofrece algo más?
Cuando uno lee este listado comprende por qué en la Argentina está mal visto ganar plata. Es que algunos empresarios argentinos creen que las ganancias tienen que “gestionarse” ante los funcionarios públicos en vez de obtenerse ganándose el favor del consumidor. Gestionar ganancias no es otra cosa que pedirle al Estado que abuse del monopolio de la fuerza para explotar a otros sectores y darme a mí lo que no me corresponde.
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