Jun 29, 2009

¿Qué nos queda tras estas elecciones?



Hoy no fui a votar, como escribí hace unos días y venía amenazando. Tampoco voté en 2007 (no estaba en el país) ni en 2005.


No fui a votar porque en mi distrito, la provincia de Buenos Aires, no había listas ni candidatos que representaran siquiera un mínimo de lo que considero racionalidad, ya ni hablemos de las propuestas.


El único impulso para votar era el de destronar a ese personaje mediocre, burdo y odioso que es Néstor Kirchner y a su banal e impresentable cónyuge. No puedo decir que no me haya tentado tal posibilidad y menos puedo decir que no esté disfrutando del comienzo del ocaso kirchnerista y del fracaso de todas sus infames (aunque ingeniosas) triquiñuelas para obtener algún voto más en la provincia de Buenos Aires. Pero no quise rebajarme a votar sólo en contra de una, o dos, personas.


Por desgracia, todos los candidatos representan visiones del país casi indistinguibles, todas orbitando con gran cercanía a la “Doctrina Nacional Justicialista” que ya era antigua y estaba desacreditada en el mundo en 1946.


El último candidato “razonable”, Ricardo López Murphy, fue barrido a un ignominioso y lejano quinto puesto en 2007 y hoy no pasa de un comentarista más en la TV por cable. Una catarata de votos en contra de la república, del debate, de la Constitución Nacional y en favor del clientelismo, del centralismo, del corporativismo y de la mediocridad, representados en la triste figura de la cónyuge de un presidente de bajísimo nivel, le pasó por arriba al bigotudo y desdichado economista platense.


El pueblo argentino hace rato, 2003 o antes (yo creo que mucho antes), ha definido qué tipo de personajes y de ideas quiere gobernando al país. Más allá de la variedad de caras y estilos personales, si observamos las propuestas de los principales partidos y coaliciones, hallaremos que difieren en trivialidades. De hecho, podemos calificar a todas las propuestas de una triste colección de trivialidades.


Se ha criticado el bajísimo nivel del debate previo a estas elecciones. Una buena parte se debe al paleolítico discurso de los patagónicos/bonaerenses en el poder y a su desprecio por cualquier tipo de debate o siquiera por responder preguntas, que dejarían en evidencia tanto a sus tropelías como a su ignorancia.


Pero otra buena parte se debe a la mínima diferencia entre las ideas de los candidatos y partidos.


Todos los candidatos recurrieron con el habitual fanatismo a las encuestas para moldear su mensaje e imagen, y como la abrumadora mayoría del pueblo concuerda con la “Doctrina Nacional Justicialista”, ésta se transformó en la plataforma por defecto de todos y cada uno de los candidatos.


Los candidatos se pelearon por el título de estatista en jefe (salvo la honorable excepción de Mauricio Macri, que no era candidato). Según parece, las encuestas revelan que un 80% de los argentinos considera que YPF debería de ser estatizada (no me sorprendería para nada que esto fuese cierto y que la cifra se esté quedando corta).


Ante este panorama, la Argentina tiene por delante un mínimo de varias décadas de una decadencia matizada con entretenidos desastres cada lustro.


Poco hay para festejar tras estas elecciones. El comienzo del ocaso de un burdo personaje que nunca debería haber sido más que un díscolo intendente de Río Gallegos y, por supuesto, el hecho de que los argentinos hemos renunciado a la violencia para resolver nuestras cuestiones políticas.


Tras 25 años, ya suena a poco.


Lamento deber excluirme del coro optimista de opositores y "odiadores" de Néstor Kirchner y Sra. pero el peor error es considerar que un resultado u otro en estas elecciones podría anunciar el comienzo de un cambio en la Argentina. Nada más lejano de la realidad.


Ese mismo coro estará bramando con la misma furia dentro de pocos años ante los reemplazantes de aquellos que detentan hoy el poder en Buenos Aires.


El mejor resumen lo hizo el candidato alienígena que personificaba a Bob Dole en los Simpsons: "las políticas del fracaso han fracasado, tenemos que hacerlas funcionar".

5 comments:

  1. briyante como siempre Blogo, BRIYANTE.

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  2. Tal cuál, a eso me refería con que mucho para festejar no tenemos. Quizás la esperanza que venga un socialista que no quiera derogar la ley de gravedad, algo como Lula por lo menos. Pero alternativa liberal olvídense.

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  3. Ganó el otro peronismo. Pero peronismo al fin.

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  4. Blogovido al poder!

    Genial, como siempre.

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