¿En qué medida son estas barbaridades representativas del estado mental del argento promedio?
¿Se trata de una minoría de la gran clase media progre, siempre con la Odiocard a medio salir de la billetera, o la cosa es mayoritaria?
¿Cómo se explica que todavía quede alguien que le lleve el apunte a esta mujer y su banda?
Yo honestamente no sé cómo se vuelve.
Yo creo que ahí fueron los empresarios de los derechos humanos, y algún que otro zurdo delirante.
ReplyDeletemenos de 200 personas es nada con todo el clientelismo en sus manos
ReplyDeleteAndrés, espero que sea así. Fueron 200 personas, pero ¿qué pasa con los millones de argentos que lo ven por tevé?
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