Me parece que es al revés. Kirchner es el producto acabado de la sociedad argentina:
La increíble carrera de Boudou es un ejemplo más, apenas uno más, de la presente circunstancia argentina. En la década de 1840, mientras estaba exiliado en Chile, Sarmiento escribió, con referencia a la dictadura de Rosas, que el espíritu y la escala de valores del hombre fuerte que gobierna impregnan a la sociedad por él gobernada. Si aquél es un gobernante que premia el largo plazo y es idealista, republicano y honesto, la sociedad abre sus ojos al largo plazo y se contagia de idealismo, republicanismo y honestidad. Pero si aquél privilegia el corto plazo y es mediocre, la sociedad cierra sus ojos y se contagia de mediocridad.
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