Nov 23, 2011

La magia del cine y la TV


Hace un par de noches estaba cambiando canales, intentando encontrar algo entretenido para ver. Generalmente nunca hay nada, y termino mirando poker, o algún deporte, pero al pasar por TNT me detuve en una escena que me pareció muy interesante. Perdón, pero el nombre de la película no lo sé. El caso es que un muchacho entra a un kiosco a comprar cigarrillos. Le pide al hombre unos rojos (Marlboro) y éste se los dá, a casi cuatro dólares. Esto provocó una reacción en el muchacho, indignado por el aumento de precios/impuestos. El kiosquero además, le contó sobre la nueva advertencia del estado, que aparecía al costado del paquete (una nueva que se sumaba a "el fumar es perjudicial para la salud"). Algo así como "el fumar te lleva a una muerte lenta y dolorosa". El personaje se sintió aún más atropellado por el estado. Yo no podía creer la escena. Era una comedia romántica de Hollyweird, pero el guión (hasta ese momento) parecía salido del Opinador!
Mientras el muchacho continuaba con su fundamentada queja, entra una señorita, también a comprar cigarrillos. Obviamente es la excusa para que ambos se conozcan. La jóven pide otra marca, y el amigo kiosquero se lo entrega, a 4.25 dólares. Ahora la indignación del muchacho es doble, y se lo hace saber a la chica (que mucha bola no le daba al precio). Para hacerla corta, la mina le dice que los suyos son más caros porque tienen menos químicos. El muchacho le contesta que si tiene MENOS químicos entonces debería ser más barato. La chica le responde que los de ella duran más, y hacen la prueba de fumar uno al mismo tiempo, afuera del kiosco. Si, duraban más. Pero como dije, era la excusa para que se conocieran, y el muchacho termina haciéndole compañía, al enterarse que era el cumpleaños de la jóven, y lo iba a pasar sola, pobrecita. Sólo me quedé un rato más para verla, porque ya en su casa, el pibe le cuenta que trabaja en política. Me pareció interesante, así que quería saber un poco más del personaje que se indignó con el aumento de impuestos y el avance del estado sobre las personas... Escenas más tarde, dicho jóven aparece con sus compañeros de campaña esperando el resultado electoral en New York... en el equipo de Bill Clinton.

Así es, la magia del cine nos cuenta que aquel pujante y jóven político al que lo exasperaban los aumentos de impuestos y el avance del estado, era un demócrata. Y no sólo eso. Era un demócrata de New York!

Y algunos todavía se sorprenden cuando a Bruce Willis le tiran cinco bombas atómicas y dos millones de balas, y el tipo sale rengueando con un cortecito en la ceja derecha. O cuando el transportador salta con el Audi de un edificio a otro para terminar con una caída de mil quinientos metros (aproximadamente), y el Audi termina sin un gramito de polvo, sin una marca, intacto.

Menos mal que antes de ver semejante retrato de la realidad que nos entrega Hollywood con sus pelis, tuve la chance de escuchar a Martín Redrado hablando sobre los problemas del país, la inflación y el dólar. Lo hacía desde la autoridad moral que tiene por no haber sido nunca, pero nunca, parte de este modelito nac&pop.

Por eso, si no estás preparado mentalmente para contrarrestar la realidad paralela que te muestra el ambiente artístico/periodístico, sentarse frente a una pantalla de tv, hoy día, es practicarse a uno mismo una lobotomía frontal.

3 comments:

  1. En una de Matt Damon que es político, pierde una elección a senador y se pone a trabajar en el sector privado. Me creo más los dinosaurios de Jurassic Park que un político que vuelve al sector privado.

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  2. Figarillo, esa peli es The Adjustment Bureau.

    Y sí, el cine por algo es ficción, no és para extrañarse tanto.

    A eso sumarle que los músicos y actores en general no saben bien de lo que hablan porque viven en la burbuja de su vida de estrellas, no tienen contacto con la realidad, no van al supermercado, no hacen la cola en el banco.

    Es por eso que a las declaraciones que subieron el otro dia de Justin Timberlake, yo no les daría mucha bola. Dudo que sean palabras dichas con una convicción filosófica de libertad, sino mas bien una construcción de relato acomodada según el contexto.

    Emilio.

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  3. La del post, Gastón, se llama "Definitivamente Tal vez"

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