Tengo la impresión de que la autora de la nota habla en serio.
Estamos hablando de una sociedad en la que, por ejemplo, a nadie se le mueve un pelo al ver a niños de 5 o 6 años pidiendo limosna a las 12 de la noche; con unos de los índices más elevados de evasión impositiva y previsional; con una de las mayores cantidades de muertes en accidentes de tránsito por habitante, que son causados en más del 80% de los casos por imprudencia de los conductores; subsidios de pobres a ricos; explosión en los indicadores de crimen violento.
Podría seguir, pero creo que alcanza para darse una idea.
menos mal que hay evasion, sino sabes lo que seria el populismo.
ReplyDeleteEn Madrid tambien hay chicos que piden limosna,lo peor es gente cicopata que mata chicos y ya es muy comun,tendria que existir la pena de muerte como en USA,para estos casos.
ReplyDeleteYo a los chicos que piden limosna trato de no darles nada, porque, al contrario de lo que piensa mucha gente, quien da limosna, no da futuro.
ReplyDeleteAndrés
No está mal creo, alentar la ayuda desde lo privado, sinó, en qué quedamos muchachos? Se la dejamos al Estado?
ReplyDeleteDetrás de un chico que pide hay un adulto que no quiere trabajar.
ReplyDeleteNo importa todo eso, lo unico que importa es que "los americanos no saben distinguir entre el bien y el mal." ¿No es genial argentina? Chiche Gelblum lo dijo en la radio hace unos dias mientras hablaba sobre la propuesta de Gingrich con respecto a la inmigracion ilegal. A y para rematar dijo que "los Republicanos estan todos locos mal de la cabeza." Estamos hablando del mismo personaje que cuando lo atiende a Anibal Fernandez se calla la boca y lo unico que le pregunta es sobre Racing, dejame de hinchar, en este país es donde estan todos locos. Saludos!!
ReplyDeleteLouis, en esta no te acompaño.
ReplyDeleteHay muchísimo espíritu solidario en Argentina aunque no se paguen los impuestos. Como dice en la nota, ante las catástrofes la gente común se moviliza y ayuda.
Mi propio hijo, con 16 años, se fue una semana de sus vacaciones con 8 compañeros de colegio y un cura a hacer pozos ciegos a un barrio muy pobre de la ciudad de Neuquén. Volvió muy contento por haber ayudado a algo concreto.
En mi época de estudiante yo también fui a trabajar gratis con mi colegio a Añatuya a hacer casas y siempre atesoré esa experiencia y no me volví zurdo ni peronista. Me dí cuenta que tenía una ventaja enorme frente a otras personas, pero decidí ayudar cada vez que pudiera.
Casi es innecesario decir que mi hijo y yo fuimos al mismo colegio jesuita.
El proyecto Un Techo para mi País es un movimiento absolutamente voluntario, privado y no político que realmente ayuda a gente necesitada y sin que falte nunca un peso.
Y, como alguien dijo, seamos coherentes. Cada uno hace con su guita y con su tiempo lo que quiera, no lo tiene que dejar en manos de la zurda o del Estado.
Creo que ser altruista es una virtud privada e individual, pero si hubiera más gente altruista el mundo sería un poco mejor.
Hago notar que la palabra caridad ha sido desplazada por la de la solidaridad. La izquierda ha denostado a la caridad por considerarla propia de cristianos y la reemplazó por solidaridad que tiene un contenido más socialista.
La verdadera caridad cristiana consiste en compartir lo que se tiene, no dar lo que sobra. Y la auténtica solidaridad es la que ayuda a otro sin buscar un beneficio para sí mismo (más allá de la eventual satisfacción moral).
El programa americano Extreme Make Over es una excelente muestra de trabajo comunitario aprovechando las ventajas del mercado libre. Las empresas participan porque obtienen publicidad, pero la gente que trabaja es voluntaria y del mismo barrio que los beneficiados.
Me parece una buena idea.