Posiblemente fueron millones (a ratos fuimos) los que entre negación, fastidio, no tener otra cosa que hacer, algo de morbo y mucha curiosidad, los que miraban/mirábamos el sábado por TV las actitudes agresivas, agraviantes, insultantes, indecorosas e indignas - con estas lista creo es suficiente - hacia el Vicepresidente de la Nación, que estaba terminando su mandato.
Mucha y grata fue la sorpresa, al comprobar que muy poco de ello ocurrió. Excepto la actitud de los inevitables desubicados de siempre, mezcla de barras bravas ese día desocupados, "invitados especiales" y "simpatizantes" políticos estratégicamente ubicados. Todos debidamente enfervorizados. Además las cámaras de la TV para todos procuraron obedientemente no mostrarlas.
Hasta ahí es lo que hubo. La ingrata sorpresa - pora los desprevenidos como yo - estaba por venir.
El bochorno tan temido se manifestó con una elocuencia inusitada, propia de mentes trastornadas, lamentable y preocupante. Atroz.
La Presidente de La Nación, ignorando (o despreciando) la Constitución Argentina, el protocolo, el respeto a las Instituciones frente a propios y extraños - entre ellos autoridades y delegaciones extranjeras, algunas de máximo nivel – SE TOMÓ JURAMENTO A SÍ MISMA.
Dijo, además, las consabidas palabras: Dios, la Patria y Él... me lo demanden.
Un horror.
Parece ridículo. Fue ridículo...y real.
Cercanos estaban el Vicepresidente saliente, el nuevo, la nueva Vicepresidente de la Cámara de Senadores. Es decir, distintas posibilidades de no transgredir las formas.
No. Había que demostrar poder absoluto (absuelto), omnímodo. Hago lo que siento y quiero porque ocupo el máximo cargo institucional. De república mejor no hablar.
Tomó del escritorio la fórmula del juramento, flanqueada por sus hijos, la leyó, y terminó pidiéndole a su ex marido que la demande.
Luego, para asegurar que se trata de un reinado, recibió la banda presidencial de manos de su hija y levantó del escritorio el máximo símbolo del poder: el bastón.
Todo con una alta carga emocional.
No cabe duda. Tenemos Reina. Dios la ilumine.
Jorge Asis hace rato habla de Bonapartismo. No creo que el termino se refiera a Napoleon, pero nuestra Cristina se autocoronó.
ReplyDeleteBlas
Dios la ilumine con una mira laser!
ReplyDeleteNeomonarquia tolosana
ReplyDeleteExactamente así.
ReplyDeleteY ya ni es lamentable. Es simplemente vergonzoso.
...
☺
¿Por qué el anonimato mi estimadísima y extrañada?
ReplyDeleteYa salí.
ReplyDeleteAhora "ajo y agua" mi igualmente estimado...
¡¡¡Fiura!!! ¡¡¡Qué gusto verla aparacer por aquí!!!
ReplyDeleteImagino que terminó su tiempo de embarque en algún portaaviones y ha vuelto a puerto seguro.
¡Bienvenida de todo corazón, se la extrañaba!
Pobre Bignone!: El quería ser el último presidente de facto de la ARgentina. No sabe todos los que le siguieron...
ReplyDeleteEl Reliverán en Buenos Aires está agotado.
ReplyDeleteY es en serio.
Motivos no faltan.
Don Enmascarado, muchas gracias!!!
ReplyDeleteEs un inmerecido honor que me saluden y -además- se alegren por mi vuelta a la vida.
Entre nos, may I tell you something?
Cuando el blog estaba ternado en la competencia de Bitácoras, y Usted propuso poner mozalbetes para atraer la platea femenina, yo le contesté...
Pero pasó desapercibido porque no firmé con el nombre completo. Mea culpa.
Después hubo alguno que otro vuelo rasante hasta hoy, que salí al balcón cual no tan pequeña mariposa, jajaja.
Una vez más le agradezco sus siempre gentiles y cálidas palabras, máxime cuando sé de su disgusto hacia lo vulgar y chabacano, siendo yo el epítome de aquello que rechaza ;)
Nos estamos leyendo.
Mis más cordiales saludos.
Fiura, usted le da más charla al Enmascarado, ya va a ver.
ReplyDeleteAwww, no se me ponga así, tampoco...
ReplyDeleteA osté también le contesté un par de cositas.
Y le he mandado saludos quichicientas veces...
Claro, en versión fantasma, heh.
Prometo no borrarme más ;)
- Es verdad que cuando dices No dices Si ?
- No.