Me acuerdo que a mediados de los 90s me iba al departamento de Ernesto Cudmani con el solo objetivo de sentarme a escuchar música. El hombre estaba avanzado a su época, con discos de Cesaria Evora, por ejemplo. Recuerdo claramente regresar caminando por la calle Laprida, pensando que la fórmula de la felicidad para mi futuro sería bastante simple. Necesitaría un lugar para dormir, algo de comida para poner en el plato, y una colección de 100 CDs. Y estaba así armando la lista en la cabeza de cuales serían los miembros de la selecta colección.
Luego me mudé en el 2000. Traje una maleta con tres pantalones, cuatro remeras, unas cuantas camisas y un par de buzos, dos o tres libros y los 20 CDs que tenía. No me queda nada de esa maleta. Y hasta hace un mes podría haber agregado "excepto los CDs". No hoy. Me deshice de los últimos vestigios de la valija que armé antes de venirme. Por qué? Porque la fórmula de la felicidad terminó siendo más complicada y elusiva de lo que pensaba cuando cruzaba la calle Corrientes.
La evolución
Cuando llegué al que sería nuestro primer departamento hice una pila de los CDs al lado de la cama. Y con el primer dinero que recibí me compré un equipo de música. Al año siguiente trabajaba en una oficina que estaba al frente de "Tower Records". Resultado: no comí almuerzo por dos años. Me cruzaba a la disquería y trataba de escuchar todo lo que había de "muestra". Una hora con los auriculares pensando: "no, la felicidad no es una colección de 100 CDs. La felicidad es una colección de 10.000 CDs."
Ese mismo año Steve Jobs anunció el lanzamiento del iPod. Dos años más tarde me compré el mío y la formulación de la felicidad inmediatamente cambió su esquema. Parece que el factor "CDs" había perdido razón de ser. Hoy, si regreso a esa oficina donde no comía almuerzo, voy a encontrar todo igual. Todo salvo una cosa: el Tower Records, que se fue a la quiebra hace un par de años.
Y bien, a reformular entonces. La felicidad no es 10.000 CDs. Mucho mejor: la felicidad es 10.000 canciones en el bolsillo! Y así fui feliz. Hasta que dejé de ser feliz. "Estoy estancado con 10.000 canciones. No estoy escuchando nada nuevo, pensé."
Y ahí apareció Pandora. Y la fórmula cambió, de nuevo. "La felicidad es Pandora, que te brinda 100 millones de canciones en base a lo que tenés ganas de escuchar y te lleva por senderos nuevos. 24 horas al día. Sin parar."
Pero el problema de Pandora es que me estaba saliendo caro, porque cada vez que había una canción que me gustaba mucho tenía que ir a iTunes y comprarla.
Entonces llegó Spotify. Con una simple suscripción, tenés todas las canciones del mundo en el bolsillo en cualquier parte. Cómo funciona? Muy simple: tenés todas las canciones del mundo en el bolsillo en cualquier parte. Querés poner el concierto para violonchelo de Bach? Dale. Elegí cual de las 200 versiones andás con ganas de escuchar.
El otro día me fui a buscar comida en un restaurante acá cerca y escucho que sonaba una canción que me copa inmediatamente. No sé el nombre de la canción y no reconozco la banda. Nunca la voy a encontrar en mi vida, no? No. Saco el teléfono que tiene un app que en 30 segundos detecta el nombre de la canción y el artista. Llego a la casa y me siento a comer escuchando el disco.
Cómo pueden haber pasado tantas cosas en tan pocos años? Si alguien me hubiese contado que así se escucharía música en menos de 15 años, llegando a la calle Monteagudo le habría dado un tincazo en la oreja por querer tomarme el pelo.
Dejando de lado algunas cosas en que patina como argento, son muy interesantes algunas de las reflexiones sobre los cambios y el futuro, que hace Santiago Bilinkis en su blog "Riesgo y Recompensa", ya desde el nombre plantea algo diferente. Especialmente su charla " El futuro del futuro". Aqui una breve introducción.
ReplyDeletehttp://spanish.bilinkis.com/2011/08/una-historia-del-futuro/
P.D.: Estimado Ramiro, espero que no haya sido esto lo que le hubiere causado reformular vuestra reflexión acerca de la felicidad.
Deletehttp://tinyurl.com/92smk2u
Es increíble todo lo que nos da la tecnología, comparar un celular de 2002 con uno de 2012 es terrible, ni hablar uno de 1995. Estaba buscando un termostato para el piso radiante de casa... hay unos modelos con pantalla de LCD y WiFi, que los manejás desde el celular, chequean el clima de internet... es todo un delirio.
ReplyDeleteA mi no me sorprende la explosion de tecnologia que hubo, pero si la rapidez con que se dio y llego al publico en general.
ReplyDeletePara mi la felicidad en esto de la tecno es Google Earth.
Poder ver los lugares que uno leyo en libros de historia, novelas o vio en fotos y que querias conocer pero dificilmente puedas ir alguna vez, es asombroso.
Es increíble lo que avanzó todo con el formato digital, en gran medida gracias a Apple (y Obambi). Me acuerdo de ir a la disquería pedorra del pueblo donde vivía y tararearle una canción que había escuchado por ahí al dueño para ver si reconocía cuál era. Dejame de joder.
ReplyDeleteDe todos modos, yo sigo guardando mis CDs, no me animo a tirarlos. Debo ser un antiguo.
Felicidad cipaya! Spotify not available in Aryentain.
ReplyDeleteNo es exactamente lo mismo pero podés usar Grooveshark para búsqueda y audición por tema o album, y otro que hace años que está es Live365 para enganchar las internet-radios.
DeleteSi , con Grooveshark anduve un buen rato. Ultimamente ya no lo estoy usando. Es tanta la oferta que me abrumo...
ReplyDeleteAhora extraño volver a tener 100 CD's
Si, totalmente! 100 CD´s, mirando el arte de tapa de cada disco.
DeleteSiempre varios pasos adelante la musica:
Entrando a la adolescencia se me dio por la música. A buscar cassettes para grabar lo que tenia un tio, y juntarme con amigos a escuchar música. Lo máximo era un TDK de 90 minutos cinta de cromo. Después apareció el CD, y como no tenia un mango a grabar en CD´s vírgenes. Ahí nomas el mp3 me cagó la vida, en un CD de 700 mb entraban como 500 canciones...Armando las discografias de las bandas que me gustaban apareció el DVD...fucking Bodiroga!
Al mini disc de Sony no le di bola.
En el 2015 espero amigarme con el blueray (antes no se puede!).
Para mí es mucho mas radical el cambio introducido por el Kindle y sus análogos.
ReplyDeleteDespues de todo, la posibilidad de escuchar música grabada es algo relativamente reciente en la escala humana. Pero la palabra escrita es vieja como la historia del hombre.
Al día siguiente que se invento la imprenta, ya le estaban rompiendo las bolas a Gutenberg con "y como hago si quiero leer la Biblia en la playa ? me tengo que llevar todos estos folios ? dejame de joder !"
Asi es, Mike. Tengo un Kobo Touch desde hace 2 meses. No se cuantos libros tengo en el "Kobito", pero esa es mi felicidad hoy en día...
DeleteEmilio de Efinews.
Me acuerdo que en la secundaria habia alguno que otro que tenia plata para comprar un importado en El Agujerito, o juntábamos entre varios para regalar alguno a un cumpleañero, y despues a comprar cassettes de cintas de cromo y copiar.
ReplyDeleteYa hablo como un viejo.
Ustedes no tuvieron un Chevy coupé con pasa-magazines.
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