En el cumple de un primo, en casa de mis tías. De punta en blanco. Mucho chocolate en taza, sanguchitos y previo al desastre que me hice la ropa ese día, jugando con mis primos.
Nov 20, 2012
Aquiles Bailoyo
En el cumple de un primo, en casa de mis tías. De punta en blanco. Mucho chocolate en taza, sanguchitos y previo al desastre que me hice la ropa ese día, jugando con mis primos.
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Primero Don Enmascarado, ahora Aquiles, espero que esto sea solo un berretín de los salteños.
ReplyDeleteTemo que si continúan, en cualquier momento tendremos una hermosa foto de un rozagante bebé mostrando sus pompis.
(Vieron que fino, no puse culo, como otros que pierden el equilibrio tan facilmente).
Disculpe Aquiles, olvide mencionar su prestancia, ese moño muy pituco le quedaba. Muy buena la foto. Y que era previo al destrozo habitual de la ropa en los cumpelaños lo revelan esas rodillas inmaculadas. Recuerdo en mi infancia que el estado en que quedaban de sucias y marcadas era el signo de lo que nos habíamos divertido.
DeleteGracias, Martín R.
DeleteBuenisima foto !
ReplyDeleteGracias, Mike
DeleteRaya al costado. Corbata moño. Huracán de ternura.
ReplyDeleteY eso que soy de Boca... ;)
DeleteGracias, Valeria.
Muy buena foto, chango.
ReplyDeleteCómo han cambiado los tiempos, ¿se imagina convencer ahora a un chico de esa edad para que se deje poner una corbata moñito?...
Gracias, comprovinciano. Como le dije el otro día, nuestra sangre norteña hace furor entre las féminas :)
DeleteCreo que a cada época, su moda, don Enmascarado. Si hubiera tenido que vestir así a mi hijo para un cumple, hasta yo mismo me habría opuesto. Por ahí debo tener otra en la que estoy con flequillo "beatleano", camisa, este moño, saco de vestir y otros cortos al tono. No sabáimos si íbamos a un cumple o a un casamiento. Berretines de madres y abuelas de la época.
Muahcas gracias. Un abrazo "chocolatoso".
OT absoluto. Mi querido Martín R, me extrañó no verlo comentar mi desgarrador relato sobre mi primera visión del colaless de Pappina Fabri. ¿Tanto lo afectó mi humillación que no dijo nada, solidariamente? Esperaba sus palabras, no su silencio. En fin...
ReplyDeleteReconozco que lo mio pudo parecerle un "silencio atroz", o actualizado "el silencio de la calle que se hace escuchar", pero la verdad todavía estoy tratando de reponerme de esa imagen.
DeleteLo atribuyo a su temprana juventud, lo agarró desprevenido y seguramente con el centro de gravedad desacomodado (esas sillitas bajas de playa son traicioneras).
Tómelo como un aprendizaje en el camino de evolución. Por más que la presbicia avance, la visión periférica se agudiza con los años. Es más, hoy para manejar debo utilizar anteojos, pero sin ellos distingo una morocha con exactas proporciones a dos cuadras de distancia.
Hoy no le sucedería nuevamente. Es más, dudo mucho que pudiera sentarse en una de esas sillitas. Menos levantarse.
Un abrazo, Martín.
Mi estimado Martín R, para ver esa niña yo hubiera debido tener ojos en la nuca dado que estaba detrás de mí.
DeleteUd. ha pasado por alto el factor confianza, ése sí atribuible a mi juventud e inexperiencia matrimonial, en mi querida mujer.
Cuando ella señaló hacia el mar con expresión de alarma, pensé que ocurría algo grave que requería mi actuación inmediata. Prestamente, giré mi cabeza y ahí fue cuando me encontré, en lugar de un naufragio o de un niño en peligro de ahogarse, enfrentando a un firme culito enarenado a un metro escaso de mi cara. El desnivel de la playa provocó que el mencionado culito quedara a la altura de mis ojos.
De ahí en más aprendí a sentarme siempre frente al mar y a no confiar en los supuestos gestos de alarma de mi mujer. Así, aunque me han atropellado bicicletas, patinetas y niñitos a la altura inadecuada de mi anatomía, nunca más caí en la trampa de creerle a mi jermu cuando hace gestos alarmantes. ¡Je! Una vez caí, pero dos no.
Un abrazo
¡Ah! Y gracias, Louis, por el post.
ReplyDeleteOtra que de punta en blanco. Hasta el pelito tiene acomodado.
ReplyDeleteMira al costado como preguntando a un grande "Yastá la foto? Listo? Ya puedo hacer quilombo?
¡¡Jaja!! Así es, José Luis. Me trajo a la memoria el momento.
DeletePasa que eran mis primos los que me estaban llamando para ir a jugar y yo estaba mirando cómo ellos lo hacían, mientras yo me quería ir sin que me saquen la foto. En esos tiempos eramos realmente pobres. Mis tías se gastaron un dinero contratando al fotógrafo, ya que nadie tenía una miserable cámara. Ese día, si mal no recuerdo era un sábado, mi viejo, que era quien tenía cámara, estaba laburando y mi vieja no sabía manejarla. No way, pal.
Sólo sé que terminábamos como en todos los cumples: reventados, sucios y tomado gaseosas, mientras intentábamos alcanzar la biblioteca de mis tías y mirar a escondidas un tomo de la colección: "Así fue la Segunda Guerra Mundial".
Sensacional, Aquiles.
DeleteMuchas gracias por compartir el recuerdo.
Gracias a vos, Jose Luis por tus opiniones y por compartir los tuyos.
DeleteCon esa carita de bueno, dudo que fuera quilombero... Al menos, a esa edad ;)
ReplyDeletePC
A veces los más "caritas de ángel" solemos ser los peores, doña Pato ;)
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