Susan von Schledorm y Patricia Sarán |
Susan von Schledorm, Patricia Sarán, Christine von Niemeyer y Silvina Fabrizi |
Florencia Canale y Papina Fabri |
Papina Fabri |
Enero de 1984, en
Argentina y adyacencias, fue un mes especial. Alfonsín había asumido como
Presidente en diciembre de 1983 y corrían aires nuevos de esperanza en el Río
de la Plata.
Estos aires soplaron
reforzados cuando apareció en Punta del Este éste culo, el que rápidamente fue principal motivo de conversación de los
hombres rioplatenses de 12 años para arriba que, con entusiasmo, dejaron de
preocuparse por la Deuda Externa, Grinspun y otras estupideces por el estilo.
Puestos a elegir entre
hablar de la jeta de Grinspun y el terrible culo de Papini Fabri (su portadora, la del culo de ella), hasta el propio Ing.
Alsogaray prefería hablar primero de Papini y de su pompis, palabreja ésta que
provocó corridas desesperadas de los jóvenes de la UCeDé para averiguar de qué
corno hablaba el Ingeniero.
Se sorprendieron muchísimo al saber que hablaba del terrible
Esta inocente niña fue imitada inmediatamente por otras señoritas que, posteriormente, se hicieron muy famosas (¿pescaron la sutileza?) como se puede apreciar en las otras fotos.
Tuve la enorme fortuna de ser, de alguna manera, partícipe de la merecida fama del terrible
He aquí los infaustos hechos de ese día de enero de 1984, en Punta del Este. Ocurrió en Montoya, donde nos encontrábamos cinco matrimonios jóvenes, amigos los hombres de toda la vida y nuestras mujeres se habían hecho también amigas durante los respectivos noviazgos. Rondábamos los 30 años de edad los hombres y las mujeres algo menos y, quien más quien menos, todos estábamos iniciando nuestra vida de padres desde hacía poco tiempo.
Habíamos logrado dejar, por una tarde, a nuestros pequeños hijos a cargo de sus abuelos, sabíamos que estaban bien cuidados y nos fuimos todos a la playa a disfrutar como cuando éramos novios o casados sin hijos.
Ese año, por un temporal invernal, Montoya había sufrido una merma importante en la arena y la playa tenía una pendiente muy marcada a unos cinco o seis metros de la línea de agua. Estábamos formando una rueda, sentados en sillas playeras de las bien bajitas, charlando amablemente y yo había quedado muy cerca de la pendiente, medio de espaldas al mar.
Súbitamente, con voz de alarma, mi mujer me gritó al tiempo que señalaba hacia el mar: “Negro, mirá eso”. Giré mi cabeza rápidamente y ahí, a menos de un metro de mi cara, había un espectacular y firme culo de mujer con un poco de arenita pegada y un colaless celeste.
Ni ví el resto de la mina, me tomó tan de sorpresa ver semejante
La carcajada de mi mujer y de mis amigos se debe haber oído en Montevideo...
Se recontracagaron de risa (no caben eufemismos suficientemente descriptivos) durante diez minutos fácilmente, lloraban, se agarraban la panza y los costados del cuerpo y casi no podían hablar esos HdP que creía amigos.
Mi mujer, la muy turra, se ahogaba de risa. Sus expectativas de ver mi cara de sorpresa y disfrutar de mi habitual esfuerzo en mantenerme impávido al ver una mina que estaba buena en presencia de ella, habían sido holgadamente superadas por mi reacción que no esperaba.
Años de esfuerzo empleados en adquirir fama de rugbier recio y duro, de tipo aventurero con miedo a pocas cosas, se fueron a la mierda en un segundo por la visión de un culo enarenado que me había asustado...
La buena gente ex-amiga mía (esos mierdas) y mi mujer (más mierda aún), me jodieron todo el día, toda la semana, todo el verano con el tema.
Se lo contaron a cuanto pariente, amigo o conocido veían, faltaba que lo publicaran en los diarios.
Mi suegro, Coronel y viejo soldado que me quería como a un hijo, me hacía comentarios socarrones a los dos días y me lo tenía que bancar porque me tenía rejunado.
¡Costaba un triunfo hablar a Buenos Aires desde el puto locutorio de Antel y mi suegro igual se había enterado!!!
Turra, mi mujer, muy turra estuvo realmente. Y gracias a Dios que no había Internet,
Han pasado casi 30 años y todavía mis amigos se acuerdan de ese día y se siguen cagando de risa en mi cara y, lo que es peor, cada tanto mi mujer se hace la graciosa y me sigue jodiendo. Cuando fueron creciendo, les conté yo la historia a mis hijos para evitar distorsiones interesadas de fuentes no confiables, ¡qué joder! Psss.
El resto del verano fue una bosta parecida porque me pasaron tantas cosas que parecía que había un complot contra mí, pero esa es otra historia.
P.S.:
a los jóvenes les podrá parecer pueril esta historia dadas las cosas que hoy se
ven en la tele y en los medios, pero traten de situarse hace 30 años y verán
que no era tan habitual este tipo de cosas.
Minas
buenas siempre hubo, pero si miran bien las fotos verán que, por ejemplo, tanto
Papina como Patricia venían con equipamiento natural (medio escasany, por
otra parte), hoy eso sería impensable en una modelo.
Florencia Canale era una
petisa tetona, pero no sé si por mano del hombre o de un cirujano...
Le comento algo: una vez venía en la ruta manejando con uno de mis chicos adelante y de pronto creo que se cruzó un animal, no me acuerdo bien qué, pero recuerdo que fue una emergencia. En ese momento, mi primera reacción fue cruzarle el brazo adelante a mi hijo aplastándolo contra el respaldo. No lo pensé, de hecho ni me di cuenta hasta que pasó el peligro y le saqué el brazo de adelante. Fue totalmente inconciente. Me gustó saber que era un tipo que inconcientemente había hecho eso.
ReplyDeleteEnmasca, lleve Ud. ese reflejo que tuvo como una medalla de honor de varón que reacciona no sólo mental sino físicamente ante la gloriosa visión de una hembra bien formada. Que haya sido torpe más que gallarda, sólo reafirma lo felizmente básico y franco de esa reacción.
Agradezco la comprensión, José Luis, pero me temo que si Ud. hubiera estado entre los testigos oculares también se hubiera muerto de risa (yo lo habría hecho).
DeleteCulo
ReplyDeleteLa época del "destape" alfonsinista, emulando al que ocurrió en la España post-Franco, si mal no recuerdo.
ReplyDeleteMe acuerdo de las primeras revistas con tetas al aire en los kioscos, que luego por una ordenanza se empezaron a vender en bolsitas plásticas negras.
Aca está el famoso aviso del ascensor con Patricia Sarán : http://www.youtube.com/watch?v=NeWVyD9kMLk
"El Enmascarado: Se cae de culo al ver un idem!"
ReplyDeleteTitular de Crónica sobre fondo rojo y con música de De Souza por fondo.
No se preocupe. La gente es mala y comenta. Se mofa de la desgracia ajena.
No entienden: Es que hay imponencias que asustan. Sería como un planeta que a uno se le abalanza encima.
Tener un suegro coronel es jodido. Los tipos tienen contactos con Inteligencia. Y cuando uno cae a presentarse ya, hace rato, tienen el expediente de uno sobre el escritorio con todos, todos, toditos los datos.
Me acuerdo de esa époco, pero más de los años posteriores, 85-89.
ReplyDeleteEs cierto: hubo cierto destape que remedo, poco y mal, al español de la Transición.
De la única que me acuerdo es de Florencia Canale ("¿Pamela qué pan dulce"?), creo que lo suyo venía de naturaleza, y de la Saran.
Y Adriana Brodsky?
DeleteAB, palabras mayores.
DeleteMuy bueno, Enmascarado. Qué épocas, el “colaless”, éramos tan jóvenes. Lo que son las cosas, me acordaba del esculapio de Papina Fabi (había pegado una foto de la revista Gente en el interior de la contratapa de un libro de la facultad para darme ánimos y todo) pero no del nombre de su portadora.
ReplyDeleteCaro Louis, conozco a unos cuantos que pegaron esa tapa de Gente en la pared del cuarto, para espanto de la mamá y reto (cómplice) del comprensivo padre.
DeleteDurante mucho tiempo, el traste de Pappina fue considerado uno de los mejores de la Argentina.
Cómo se nota que no había siliconas...
ReplyDeleteCorrectísima afirmación. Patricia Sarán, cuando luego hizo el famoso aviso del ascensor, tenía un lomo que no lucía en enero de 1984.
DeleteExtracto del libro "Memorias Sin Antifaz", próximo a editarse: Imperdible!
ReplyDeleteTengo bastante ya escrito, Klaus, algún día lo publicaré y te haré el reconocimiento público por el buenísimo título que me acabás de proporcionar.
DeleteGracias muchas, mangos pocos a menos que se venda bien el libro...
Esto es material de Youtube. Se salvó, Enmascarado
ReplyDeleteSin duda alguna Sine, y los guachos de mis amigos lo hubieran subido el mismo día.
DeleteTengo 28 años, así que hoy esto me parecerá una rareza, pero pienso que antes las modelos o actrices tenían cuerpos 100% naturales. Y todo sin necesidad imperiosa de pasar por lo del cirujano.
ReplyDeleteAndrés
Asl era, Andrés. Inclusive si mirás las películas de Porcel, Olmedo o los programas de TV antes de mediados de los 80, la gran mayoría de las actrices, modelos, gatitos o lo que fueran, tenían los dotes que la naturaleza les había dado, así fuera poco o mucho.
DeleteHabía chicas que eran felices poseedoras de abundantes dones que gozaban del general beneplácito masculino y de la envidia de sus congéneres menos provistas. Ahora, lo arreglan con cirugía...
Un par de trivia.
ReplyDeleteEsa que aparece como Silvina Fabrizi no se llama Fabrizi (sí Silvina). Apareció para esa foto, de espaldas (tenía en ese momento 15 o 16 años), y se cambió el apellido porque si el padre se enteraba le rompía el de referencia.
Pappina fue la primera en usar la malla in'between, y de ahí partieron las hordas de imitadoras, con mayores o menores méritos traseros, que tantas gratas tapas le han garantizado a Gente.
Canale, famosa por el aviso de enjuague Agree donde se agarraba de un micrófono y bailaba con el tujes en primer plano, curiosamente devino escritora de novela histórica (Ver Pasión y Traición, donde cuenta los fatos de Remedios de Escalada).
Muchas gracias por los datos, anonymous. ¿No tiene fotos de la tal Silvina cuando superó los 18 años? Debe haber crecido bien esa niña.
DeleteMe parece fantástico que Florencia Canale haya devenido escritora y realmente me alegro por ella, espero que sea una escritora de éxito. ¿Sabe algo de a qué se dedicó Pappina después de esos momentos de fama?
Porque Patricia Sarán sigue dando vueltas por ahí, medio hecha un cascajo con mucho recorrido, pero de Pappina nunca más escuché nada.
Gracias de nuevo.
Florencia Canale ahora es periodista, escritora y la actual mujer del (infumable) Chavo Fucks
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