Jan 20, 2005

CARTA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LA LIBERTAD

(visto en El Federalista)

CARTA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LA LIBERTAD

Somos muchos, yo diría que muchísimos, sin embargo, por creer en la libertad, soportamos en silencio, casi avergonzados que nos señalen como los “neoliberales”, los culpables de la pobreza, la desnutrición y de todos los males, reales e imaginarios que afectan a nuestro país.

Somos, al final del día, nuestra propia cruz, hipercríticos los unos de los otros, celosos custodios de las migajas del “poder” que caen de la mesa del partido mayoritario, no aprendimos aún que la política es el arte de sumar y no el de multiplicar al infinito las divisiones. Generales sin ejército, más preocupados por disputar liderazgos y cargos que por construir una alternativa creíble para las mayorías.

Para muchos de nosotros además, existen barreras “psicológicas” casi patéticas en las presentes circunstancias; para unos es una repulsa global y visceral hacia la sola mención de la palabra peronismo; para otros sucede lo mismo con la UCR; diálogos casi imposibles, que se suman a nuestras propias divisiones y subdivisiones, siempre planteadas con el dramatismo de lo irreconciliable.

Mientras tanto, un proyecto de país que se lleva puesta a la libertad y a la Constitución sigue avanzando con piel de oveja; capta adeptos por convencimiento ideológico, por prédica, por corrupción, por dádiva; se enseñorea de los medios de difusión, se alimenta del triunfalismo tan argentino y crea un país de fantasía en el que muchos quisieran vivir...mientras dure.

Tenemos las mentes más brillantes, los hombres y mujeres más capaces; pero tal vez por individualismo, tal vez por pereza, quizá por asco o repulsa a la corrupción cotidiana, preferimos mantenernos al margen, con la secreta esperanza que, en una forma mágica, “algo suceda”, que cambie la historia del país. Nada bueno va a suceder que nosotros no seamos capaces de parir con nuestras manos y entre todos.

Tal vez sea llegado el momento de defender con ideas, con inteligencia, habilidad y hasta picardía y buen humor a una república que se nos muere entre las manos.

No se trata de encolumnarse tras las banderas de tal o cual líder, se trata de intercambiar ideas, de pensar formas concretas de comunicar, de descubrir modos para llegar con un mensaje de libertad, de dignidad de honestidad, de estudio trabajo y honor para todos los que quieran escucharlo, con la franca y brutal simpleza de los verdaderos republicanos.
Piénselo en términos muy prácticos, si el proyecto hegemónico se consolida en 2005, olvídese de detenerlo en 2007; y de acá al 2011 no tenemos tiempo para esperar.

Tres valores deberían ser nuestro motor; la libertad para todos, la república y la constitución; apoyándonos para construir una alternativa, en tres virtudes, tres fuerzas; la honestidad personal, el orgullo por el trabajo y el sentido del honor personal; si con esto no es suficiente para hacer un país, entonces podemos quedarnos en el odio fratricida la indiferencia y la miseria moral y material que nos rodea hoy.
Aún queda tiempo...no mucho.

UN NAUFRAGO MÁS

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