Me preocupa el cariz que están tomando las cosas en Argentina con la actual “administración”, si es que se le puede llamar así, o mejor dicho con el actual presidente. No vi el discurso de ayer de Kirchner, por suerte acá en Canadá nos salvamos de esas cosas, pero esta mañana estoy leyendo algunos comentarios en de Guillermo en Sine Metu y otros blogs vecinos.
Mi primera sensación es de incredulidad. Me cuesta creer que un tipo de 50 y pico de pirulos, profesional, y que ocupa el cargo que ocupa tenga reacciones más propias de una teen histérica en plena ebullición hormonal.
Personajes como estos hay en casi todos los países democráticos, pero en la mayoría de los casos se trata de figuras pintorescas, totalmente marginales al sistema, que sirven para agregar color al limitado espectro de opciones electorales. En los países con una mayor tradición de estabilidad institucional no tienen posibilidad de llegar ni a portero de la casa de gobierno, mucho menos Presidente de la Nación. El gran problema es que en el sistema político argentino los tenemos en el principal cargo electivo. De terror.
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