El punto de vista de Carlos Alberto Montaner sobre estos dos flagelos irracionales:
Hay que admitirlo con toda humildad: el antiamericanismo, como el antisemitismo, no son actitudes fundamentadas en el análisis objetivo de los hechos, sino en creencias delirantes sostenidas por teorías conspirativas de la historia, casi siempre basadas en la sospecha paranoica de que un pequeño grupo de malvados mueve los hilos del mundo para apoderarse de toda la riqueza y provocar la desdicha de las víctimas. Una vez que esa poderosa imbecilidad se adhiere a la masa encefálica de quienes la sostienen, ya no hay antídoto capaz de erradicarla. De la misma manera que no se conocen ex idiotas, tampoco hay ex antisemitas o ex antiamericanos. La enfermedad es incurable.
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