Nuevo comentario de Roberto Cachanosky, esta vez sobre el populismo y democracia. Lamentablemente, me parece que confunde democracia con república. El primer concepto está más ligado al origen de las autoridades, a la forma en que se eligen, es decir, la mayoría ciudadana.
El segundo concepto tiene que ver con el imperio de la ley, la subordinación de todos, incluidas las autoridades elegidas por voto popular, a una "charter", en nuestro caso la Constitución y las leyes que se derivan de ella.
El origen popular de las autoridades no implica automáticamente su apego o sometimiento a la ley, sólo hace legítimo su origen:
La democracia se encuentra indefensa frente al ataque de las dictaduras demagógicas porque hemos aceptado que los gobiernos elegidos por el voto no se sometan a las limitaciones que impone la república. Hemos caído en una trampa: elegimos a nuestros propios déspotas.
Cachanosky cierra su nota con el planteo del desafío de lograr la combinación ideal: gobiernos limitados surgidos del voto popular, a la que ve de dudosa concreción en " pueblos sigan siendo más pobres e ignorantes". Ni la pobreza ni la ignorancia pueden alegarse para corromper el espíritu de la Constitución. Por el contrario, siempre alegando bregar para solucionar ambos temas la política corrupta, el populismo y el caudillismo han operado para que los valores de la Constitución del 53 -el contrato social inicial sobre el que se construyó la Argentina, en tiempos en que la pobreza y la incultura multiplicaban la actual- caigan en el olvido.
ReplyDelete