Volvió el inefable Mariano Grondona a La Nación con sus comentarios de la semana política. Esta semana sostiene que la culpa por el peronismo no es del peronismo.
Dice, entre otras cosas, que la culpa es de la oposición que le deja lugar, y que si hubiera otro partido igual de grande, su influencia no sería tan nefasta para el país.
El problema, desde mi punto de vista, es que el peronismo no es un partido político más, en el sentido tradicional del término. Se trata en realidad de un movimiento (no un partido) que nació con aspiraciones hegemónicas, y que nunca las dejó de lado completamente. El peronismo siempre se identificó con el partido de estado, al igual que el partido nacional socialista en la Alemania nazi o el partido comunista en la ex Unión Soviética o en la Cuba actual.
Yo agregaría, Luis, que el peronismo es un gran negocio. Sus dueños se preocupan por vender lo que la gente quiere comprar en todo momento. Siempre y cuando a la gente no se le ocurra querer un producto que no les deje dinero. En ese caso se preocuparán de hacer todo lo que esté a su alcance para cambiar el gusto de la gente, ya sea por necesidad o por coerción.
ReplyDeleteUna mafia, bah.