Una nueva columna de James Neilson en el diario de Río Negro. Esta semana sobre las marcadas inconsistencias de las elites intelectuales progresistas:
Entre los fenómenos más extraños, y más perturbadores, del mundo de nuestros tiempos está la falta de compromiso de las élites intelectuales mayormente progresistas de los países desarrollados con los ideales que ellas mismas reivindican. Uno pensaría que los pueblos occidentales estarían unidos en su deseo de ayudar a quienes sólo pueden soñar con disfrutar de las libertades que en Europa, Estados Unidos y América Latina se consideran fundamentales, pero éste dista de ser el caso. Por el contrario, algunos sectores muy influyentes están tan obsesionados con su propia lucha contra el mal, el que a su entender se ve representado por "la derecha" conservadora, burguesa o, últimamente, "neoliberal", que están dispuestos a prestar su apoyo a cualquier movimiento, por atroz que fuera, que se afirma resuelto a destruirla.
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