La solucion para la pobreza
Germán Roberto Wachnitz
Durante las recientes reuniones de 96 países en el Foro Económico de Davos, Suiza y del Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, se pudieron escuchar innumerables discursos de toda tendencia y color político. El resultado práctico, inexistente.
Hubo propuestas para casi todos los gustos. Desde el pedido de anulación de la deuda externa a los países en desarrollo hasta la implementación de un impuesto a nivel mundial sobre las transacciones financieras para combatir el SIDA por parte del presidente de Francia, Chirac, la gama fue realmente amplia.
Lamentablemente, nadie se acordó del único método que ha probado ser eficaz contra la pobreza en donde se lo haya aplicado, sea en países pobres o ricos de recursos, pequeños o grandes, subpoblados o superpoblados.
Ese método se llama simplemente: CAPITALISMO.
CAPITALISMO es el sistema de organización social basado en la libertad (económica y las demás), el respeto absoluto por la propiedad privada, los límites al poder del gobierno (aunque en ese aspecto queda mucho por hacer), del estado de derecho (Gobiernan las leyes, no los hombres), el libre intercambio interno y externo y de los demás derechos del individuo. (Aclaro que me refiero a los derechos del individuo y no a los “humanos”, invento de la asamblea general de la ONU y que contradicen a los primeros, y que en esencia significan: quitar a unos para dar a otros, lo que es absolutamente contrario al derecho a la propiedad, uno de los fundamentales derechos naturales del individuo.)
He afirmado que el CAPITALISMO ha sido exitoso en donde se lo aplicó y un simple vistazo a nuestro mundo me da la razón absoluta (Y eso que en general solo se aplica una parte de los principios capitalistas.) Así, desde países microscópicos por su tamaño (Y por ende sin recursos naturales), como Hongkong, Singapur, Liechtenstein, Mónaco, Luxemburgo o Suiza, pasando por los de tamaño medio, como ser Irlanda, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Nueva Zelanda, dotados de mas o menos recursos, hasta los grandes países, como Canadá y Estados Unidos, gigantes con todo lo que puede desearse, son la clara demostración de lo afirmado.
Paralelamente, donde reinan sistemas distintos de organización (Llámense socialistas o intervencionistas) en los que el estado (Es decir sus gobiernos) tiene una influencia decisiva en sus economías y por ende en las vidas de sus ciudadanos, podemos ver la pobreza por doquier, a pesar de que en muchos casos tienen abundantes recursos naturales, poblaciones preparadas y todo lo que se necesita para el progreso. Nuestro país es el ejemplo de ello, con la mitad de su población sumida en la miseria. Nuestros vecinos brasileños y venezolanos amplían la lista, a la que podemos sumar a casi toda África, Latinoamérica y gran parte de Asia. No es casualidad que en ninguno de ellos impere el CAPITALISMO.
¿Por qué ese éxito tan espectacular del CAPITALISMO? Simplemente porque significa Libertad general y amplia de los individuos, lo que provoca en todos nosotros la imperiosa necesidad de dar lo mejor que tenemos: crear y producir. El resultado no puede ser otro que el bienestar general de la sociedad. Paralelamente, la parasitosis que significa el estado se ve reducida a niveles tolerables, siendo un obstáculo menor para el progreso.
Indudablemente que la eliminación del estado sería la mejor solución, pero choca con una de las características poco edificantes del ser humano: No todos somos buenos, y a muchos les gusta vivir del esfuerzo ajeno, y la mejor manera que han encontrado para hacerlo es usando al estado de intermediario. Por ello, nunca debemos descuidarnos y velar por que el poder de los gobernantes se encuentre severamente limitado a pocas cosas, las que les permitimos. Caso contrario, el avance de los parásitos sobre los productivos se hará incontenible.
Resumiendo, a los Señores de Porto Alegre y Davos les informo que no hay nada nuevo que inventar, la pobreza tiene solución, se llama CAPITALISMO!
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