Leo en el diario que María Elena Walsh cumple 75 años. Siempre me encantó la obra de esta señora, no sólo de chico, cuando tocaba sus discos una y otra vez en el viejo Wincofón de casa, de grande también. Tengo un par de CDs de ella, que escuchan mis hijos.
La Vaca Estudiosa
Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: "Estás equivocada".
Y la vaca le respondió:
"¿Por qué no puedo estudiar yo?".
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco
Los chicos tirábamos tizas
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pié en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.
Fragmento de la columna de Esteban Peicovich en el suplemento Enfoques del diario La Nación
ReplyDeleteDomingo 24 de febrero de 2002
En el azar del mundo, cada pueblo contiene un animal. No nos tocó ser toro (España), ni oso (Rusia), ni águila (EE. UU.), ni león (Inglaterra). Sólo aprendimos a sentirnos vaca. La próspera, la de estar en lo mismo, la de hacer la vista gorda y vegetar. El apacible animal sustentador. Claro objeto de nuestra gula. Canon de nuestra pasión inmóvil. Y víctima de nuestros vicios. Hoy nos toca asistir al velorio de esa vaca. Cacerolas, piquetes, graffiti, comunicados, estadísticas, encuestas, denuncian la muerte de la magna vaca que nos fuera dada en beneficio.
No supimos. No pudimos. Nos comimos la vaca. El nosotros que guardaba la vaca. Ahora, en el paisaje resaltan solitarias la sombra de esa vaca y nuestra inmensa culpa. Para volver al mundo habrá que amasar esa sombra y esa culpa. Y soñar de nuevo. Pueden salir hormiga, perro, cebra, comadreja, lobo o nuevamente vaca o nada. Ser lo que debamos ser. O no ser nada (según, sobradamente, nos fuera aconsejado cuando chicos).
Un texto notable de M.E. Walsh, que siempre me pareció exacto y preciso para describir al país:
ReplyDeleteEn el país del Nomeacuerdo
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para allí,
no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá,
ay qué miedo que me da.
Un pasito para atrás
y no doy ninguno más
porque ya, ya me olvidé
donde puse el otro pie.