La última columna de James Neilson. Lo que digo siempre, es preferible fracasar haciendo lo "políticamente correcto" que tener éxito haciendo lo "políticamente incorrecto":
Dicho de otra manera, el cambio de modelo, para llamarlo de algún modo, que se dio hace tres años fue una calamidad, con muy pocos atenuantes para la mayoría abrumadora de los argentinos. En vez de posibilitar que el futuro nacional fuera más igualitario, ahondó el abismo que separa a la Argentina pudiente del resto del país. Por lo demás, el "modelo" populista cuyas características más llamativas consisten en la hostilidad hacia los inversores, trátese de argentinos o de extranjeros, en el desprecio por los derechos legales y, desde luego, en un peso subvaluado, no podrá sostenerse en el tiempo. Mal que les pese a los partidarios del Estado empresario, será necesario salir a la búsqueda de inversiones porque sin ellas no habrá desarrollo. Y por mucho que les duela a los lobbistas de los "productivos" bonaerenses que se han apropiado del Ministerio de Economía, es un disparate imaginar que la Argentina pueda ser "competitiva" a base de un peso barato y los salarios correspondientes. Para que dicha fórmula funcionara, les sería preciso impedir que los ingresos de sus empleados superen los del Brasil, China y la India.
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