Luis, un lector del blog, me manda este artículo sobre el caso de las narcovalijas, en el que no tiene nada que ver el gobierno, aclaro desde ya. Todo esto es culpa de Menem, ya que las valijas estaban dando vueltas en España desde la década del 90, que joder.
Como digo en un post anterior, ¿se imaginan los titulares de los diarios, lo que estaría diciendo la oposición y todos los progres argentinos si esto hubiera pasado durante la década maldita?
Me da mucha vergüenza y bronca que pasen estas cosas en el país, pero tal vez lo peor no es que pasen, sino que para muchos argentinos, me temo que la mayoría, lo importante no es la corrupción, sino a quién se puede culpar por ella. Para demasiada gente son preferibles los crímenes de los amigos, como dice Hebe de Bonafini, la tristemente célebre madre de Plaza de Mayo:
El caso de las valijas voladoras, como han bautizado el asunto allí, ha permitido desenmascarar una red que introducía cocaína en España y en la que la Justicia argentina parece adjudicarle un papel clave a Ramón y Elena. La complicada trama se podría resumir así: el pasado 17 de septiembre, en el aeropuerto de Barajas, cuatro maletas llegadas en un vuelo de la compañía Southern Winds (SW) dan vueltas en la cinta de equipajes sin que nadie se interese por ellas. Las valijas tienen un identificador de la embajada argentina pero cuando la Guardia Civil le pregunta a la delegación diplomática, ésta dice no tener nada que ver con las maletas. Dentro se encuentran 60 kilogramos de cocaína.
Desde entonces el asunto se ha convertido en una bola de nieve que no ha dejado de rodar, engordar, y cortar cabezas. Se ha descubierto que las narcovalijas venían volando a España desde 2002; que en Argentina están implicados funcionarios de aduana, militares y ejecutivos de la empresa SW, una compañía aérea en la que participa el estado argentino.
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