Les recomiendo el último artículo de Roberto Cachanosky sobre el miedo como instrumento de poder. Parece mentira que a pesar de todos los muertos y de todo lo que pasó en Argentina estemos hablando de estas cosas de nuevo. Me gustaría creer que el apriete a Shell por parte de Kirchner y sus camisas pardas piqueteras será el último episodio autoritario de este gobierno. Pero lamentablemente debo decir que un mínimo análisis de la realidad indica que no es el caso.
Me temo que esto es sólo el principio de un largo y penoso proceso que termina muy mal. Por lo menos para los argentinos, no estoy tan seguro si también termina mal para Kirchner y sus secuaces. Sólo me queda esperar que reaccionemos a tiempo para que no termine extremadamente mal:
Del miedo al terror hay un solo paso. Y en este momento en la Argentina la fuerza bruta impera por sobre el Estado de Derecho: el monopolio de la fuerza pública en manos del Estado ya no es más usado para defender nuestros derechos, sino para violarlos. Es hora de dejar de hacerse los distraídos y poner manos a la obra. Si nos dejamos estar, luego será demasiado tarde.
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