Honestamente debo admitir que no salgo de mi asombro. Hace mucho que sigo lo que dice y escribe Carlos Escudé, por lo general me parece que tiene opiniones y puntos de vista muy interesantes y atinados.
Hoy leo un artículo suyo en La Nación donde analiza las grandes renegociaciones de contratos y acuerdos, principalmente por parte del Reino Unido y termina felicitando al gobierno por la estafa del “canje” de la deuda (lo de “estafa” lo agrego yo). Da la impresión de justificar esta estafa argentina a millones de ahorristas y jubilados por las estafas anteriores que en teoría sufrió el país por parte de Inglaterra.
Por favor, corríjanme si no entendí bien, pero no está escrito con doble sentido, ¿o me equivoco?:
Nosotros terminamos comprando los ferrocarriles, "voluntariamente". Los tenedores de bonos terminaron aceptando el canje, también "voluntariamente".
En situaciones de emergencia los países serios hacen estas cosas. Cuando son poderosos se salen con la suya. No son aconsejables para los Estados débiles porque los costos suelen ser mayores que los beneficios. Pero en el caso actual, considerando la abyecta miseria de la mitad de los 40 millones de argentinos, el Gobierno sólo amerita la más entusiasta de las felicitaciones.
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