Hace rato que veo cosas como las que publican Rubén y Marcos sobre Cuba. La vez pasada veía una serie de fotos de un hospital de La Habana en un link de Instapundit.
De todos modos, creo que perdemos el tiempo. Para la progresía internacional, no se trata de una cuestión racional. Podemos mostrar todas las fotos del mundo e incluir todos los datos estadísticos que se nos ocurran, pero no hay dato concreto de la realidad que pueda llegar a hacer mella en esta gente. Sencillamente porque es muy difícil combatir la irracionalidad con hechos.
A todos los amantes y apologistas de la Cuba de Castro y del Che no les interesa la realidad, los tiene muy sin cuidado lo que pasa en la Cuba real, de carne y hueso. Lo importante es la fantasía, la Cuba que vive en sus corazones, en el mito utopista de la colectivización voluntaria, que habla del paraíso de los trabajadores, del triunfo de la revolución sobre las fuerzas del mal. Esta gente sencillamente no va a dejar de lado su modorra idealista por el hecho de que Cuba se haya convertido en una gigantesca villa miseria rodeada por el Caribe.
La respuesta es conocida: sostienen que estas fotos y estos datos son falsos, se trata de propaganda de la CIA, o, en el mejor de los casos, asumen que estas cosas si son ciertas, pero por supuesto, la culpa de este monumental fracaso la tienen los Estados Unidos y su bloqueo salvaje. Un gran clásico latinoamericano: echarle la culpa a los demás.
Hace poco leía sobre un informe que se habría preparado para el gobierno de EEUU sobre el eventual costo que tendría para ese país hacerse cargo de Cuba después de la caída del actual régimen. Las cifras son similares a las que tuvo que afrontar Alemania Occidental tras la reunificación o las que se manejan para la reunificación de la península coreana. Algunas de las organizaciones de cubanos en EEUU sostienen incluso que sería más conveniente para los dos países que Cuba se incorpore como estado asociado, en lo que llaman un proceso de “puertorricación”.
Más allá de los miles de millones de dólares que van a ser necesarios para reconstruir la infraestructura básica del país, como cloacas, agua potable, luz y caminos, el verdadero costo es el humano. Honestamente no se cuantas generaciones van a pasar hasta que sea posible sacar toda la podredumbre mental de esta pobre gente.
Creo Luis que los cubanos, que sufren la realidad del régimen van a "limpirse la cabeza" bastante más rápido que los de acá abajo, que añoran la Revolución desde hace 40 años.
ReplyDeleteEsos son imposibles de regenerar, porque cuando caiga Fidel van a seguir añorando el paraíso idilico del socialismo. No te olvides que increíblemente hay imbéciles que todavía añoran a Stalin