Hasta hace unos meses, era notorio que el actual era un gobierno al mejor estilo de los sketchs de programa cómico argentino. La gran regla era la improvisación, la grosería, lo soez, siempre apuntando al mínimo común denominador intelectual, lo chabacano, la avivada, la risotada fácil. No faltaban los personajes que se creen unos vivos bárbaros y en realidad son unos piojosos muertos de hambre, al mejor estilo de Bielsa, Qué Jugador, y el mismo Nestitor, el Bobby Goma de la política grande nacional.
Si bien es cierto que para el particular sentido del humor argentino esto puede resultar desopilante en un programa cómico, como estrategia de gobierno resulta poco menos que suicida.
Poco a poco, la cosa va tomando otro color. Estamos saliendo del sainete y entrando al terreno del teatro griego. La Argentina tiene una larguísima y muy lamentable tradición en persecuciones políticas, prohibiciones, proscripciones, cárcel a opositores, exilios, represión ilegal, tortura, censura, y violencia política en general. Honestamente pensé que, a pesar de los horrores que estamos viviendo, lo peor de la infamia había quedado sepultado en el pasado.
Insisto, es muy difícil de entender para mí cómo es posible que otra vez pasen estas cosas en el país. No se si alguien más comparte la tremenda ironía que significa que un gobierno como el actual, Nacional, Popular y Progresista, que se jacta de la “defensa” de los Derechos Humanos y la reivindicación de la lucha armada como medio legitimo de “resistencia popular” caiga en este tipo de abusos.
Honestamente espero que todo esto quede en la nada, pero el sólo hecho de que tengamos que estar hablando de estas cosas ya es de una gravedad extrema. Venezuela de Chávez, allá vamos.
Les dejo el punto de vista de Guillermo y Rubén.
Actualización: Mauro tiene publicado el decreto completo.
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