Desde el punto de vista de Jorge Asís:
En ciertas competencias automovilísticas, "ir chupados" resulta lo más aconsejable.
Es decir, trátase de dos autos de carrera que circulan casi pegados. Uno detrás del otro, los paragolpes a cuatro centímetros. Los pilotos, por supuesto, pueden matarse. El primero enfrenta el viento, y el segundo arrastra, con su fuerza, al primero, y juntos adquieren entonces mayor velocidad. Una metodología deportiva para peritos, de ningún modo para improvisados. Si cada uno por su cuenta puede ir, por ejemplo, a 140 kilómetros, si corren "chupados" pueden llegar, tal vez, a 190.
De esta manera, casi inocentemente profesional, chupado siempre a otro conductor superior, supo construir, su exitosa carrera política, Felipe Solá.
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