Veo este post en lo de Rubén. Le iba a dejar un comentario, pero me parece mejor ponerlo como un post.
Perdón, pero creo que no podemos confundir la oferta política en un momento histórico determinado con el conformismo de perpetuar los grandes fracasos nacionales, como en el caso de las universidades, la inseguridad o la reedición del modelo de sustitución de importaciones.
En el primer caso, estamos ante un hecho consumado en el que no tenemos ninguna gravitación en el corto plazo. Es lo mismo que ir a la carnicería y no encontrar el corte que buscamos. Podemos despotricar contra el surtido del carnicero, el mal gusto del público que no demanda el producto, etc. Pero al final del día tenemos dos opciones en el corto plazo: comprar otro corte, el mejor o el menos malo disponible, o irnos con las manos vacías. En el mediano plazo, si realmente somos fanáticos de la carne, podemos abrir nuestra propia carnicería, donde seguramente ofreceremos los cortes que más nos gustan.
En el caso de las elecciones, en teoría hay una tercera opción. Si fuéramos un país más democrático, el voto no sería obligatorio. Pero como votar lo es en Argentina, esa opción es el voto en blanco o nulo.
Desde mi punto de vista, lo único que realmente puede afectar en alguna medida a este gobierno, o a cualquier otro, es un voto en contra, es decir a otro candidato o partido. No tenemos más que ver lo que pasó en las legislativas anteriores al golpe de diciembre de 01 para ver que la genialidad de votar por Clemente o por una feta de mortadela pueden resultar graciosísimas y darnos un momento de satisfacción perversa, pero en la práctica no conducen a nada. Es decir, no son funcionales a nuestros objetivos. El gobierno de De la Rúa y la clase política en general ni se dieron por aludidos. Para que hablar del patético “que se vayan todos” con el que la clase media indignada argentina iba a cambiar la política.
En lo personal, comparto la frustración de mucha gente por el mediopelo de la oposición actual. Me produce una enorme frustración la metamorfosis de LM, del bulldog de la modernidad al perrito faldero del populismo de segunda B. Desde ya que me gustaría ver una oposición más definida en una agenda racional, tratando temas concretos y con propuestas concretas, contantes y sonantes. Pero no la hay. De nuevo, estoy frente al mostrador de la carnicería del barrio, no les queda filet. En lo personal, dadas las circunstancias, de última me voy a casa con un humilde matambrito. Si no les gusta el matambre, estoy seguro que hay otros cortes más, para todos los gustos.
Luis,
ReplyDeleteTu análisis es muy válido y sin embargo me cuesta mucho adoptarlo. Lamenablemente a lo largo del tiempo la opción "por el mal menor" ha sido la forma de expresión más característica de la derecha argentina, sin que tengan demasiado para mostrar por el esfuerzo. En lo personal pienso que el camino largo que estamos recorriendo (aportando nuestro grantio al debate ideológico) es el camino a seguir. No digo no votarlo a LM o a Macri. Después de todo yo caí sistemáticamente en la teoría del mal menor también. Pero creo que es más impportante presionar a los líderes de la derecha para que se den cuenta que congraciarse con el enemgio no sirve para nada y que lo único que va a traerles votos es "fire up" su base electoral. Eso no lo van a conseguir haciendo declaraciones que compitan con las de Bielsa o Ibarra. Un ejemplo es Beliz. Tuvo una cierta chance mientras fue visto como un tipo de derecha. Cuando se trató de juntar a K y sus zurditos pasó a ser irrelevante. O él se creía que lo aceptarían dentro de su grupo? Qué iluso.
A mi que vengan de la derecha, izquierda o de dónde sea no me preocupa, mientras hagan lo que corresponde. Que la derecha está subrepresentada, si es que está representada en algún sentido, no cabe duda. Podemos discutir largo y tendido por quién debería ser candidato, si Marcos Garquinis o Benegas Lynch, pero no tiene sentido porque nuestro candidato termina siendo el más próximo a lo menos peor que el de mejores ideas. Ahora que menciono esto de las ideas, me corrijo: Ni si quiera hace falta un candidato con las mejores ideas. Sólo se necesita un candidato con ideas. La falta de programas y sustento teórico no es patrimonio exclusivo de la derecha. Parece que acá lo único en boga es la lucha por el poder. Si Murphy y Machri siguen el juego de los peronistas, la gorda carrió y quién sabe que otro lunático, así de este entuerto no vamos a salir.
ReplyDeleteDesde mi punto de vista, el problema no es de derecha o izquierda, sino de falta de ideas y propuestas serias por parte de ambas, lo que en Argentina favoreció el surgimiento de movimientos por sobre los partidos políticos propiamente dichos. Muestra de ellos son el Peronismo y su socio menor, la UCR.
ReplyDeleteAmbos movimientos, al no tener una identidad definida, fueron la tentación de dirigentes y/o grupos que sí pudieron haber sido partidos políticos y los terminaron fagocitando (UCeDe, Democracia Cristiana, Cavallo, Béliz, los Alsogaray y también muchos de izquierda que se disolvieron fundamentalmente en los dos socios "grandes").
Acá lo único que diferencia a la derecha de la izquierda es que la primera, también apostó por gobiernos de facto (no quiero decir "autoritarios" porque bien podría estar refiriéndome a muchos -casi todos- los que fueron elegidos por el voto popular). Pero en esencia, ninguna de las dos se constituyó jamás como una alternativa democrática y con ideas bien definidas.