Estoy realmente horrorizado con este asunto de PETA y otras organizaciones que se dedican a la supuesta lucha contra la crueldad hacia los animales. Una cosa es que se haya sospechado siempre y otra muy distinta es leer cosas como esta.
Con sólo ver el tipo de activismo que desarrollan, queda claro que tanto estas organizaciones como otras al estilo de Greenpeace (o Green Piss), son el equivalente moderno del fundamentalismo religioso “new age”: los que no piensan como ellos son los enemigos, promoción directa de la violencia como medio para lograr sus objetivos, firme creencia en “verdades reveladas” sin el menor fundamento científico o empírico.
Honestamente creo que es una gran pena. La defensa de los derechos de los animales merece un activismo serio, responsable y, sobre todo, racional.
En fin, de eso se trata la izquierda. La firme creencia de que la gente es demasiado imbécil para saber lo que les conviene y que hace falta grandes iluminados que les revelen “la verdad”.
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