Cómo Duele la Argentina

Insisto, es realmente incomprensible que después de todo lo que pasó en el país, de todos los muertos, otra vez estemos empeñados en reabrir viejas heridas. Esta vez ya ni siquiera nos tomamos el trabajo de disimular, la parcialidad es honestamente pasmosa, con el Presidente de la Nación tomando partido abiertamente por uno de los bandos.

Me da una profunda ver como nos seguimos desangrando en enfrentamientos completamente estériles, perdiendo tiempo y energías que deberíamos dedicar a reconstruir al país, en retomar la senda del desarrollo cuanto antes.

Estoy convencido de que todo esto sólo es posible gracias a la enorme vocación por el revanchismo que conmueve a gran parte de la población. Se trata de amplios sectores con un enorme resentimiento, que siguen viviendo de las glorias de un pasado utópico, cuando la negrada vivía en las villas y la Gran Clase Media Progre Argentina eran los únicos que tenían acceso a algún tipo de consumo.

Todo este proceso de revisionismo y desquite les puede dar grandes satisfacciones enfermizas en el corto plazo. Pero cuando todo esto termine estaremos peor que antes, otra vez divididos como sociedad, con la enorme carga de no sólo la reconstrucción institucional y económica del país, sino de volver a tratar de zanjar el abismo que nos vuelve a separar.

Insisto en que como estrategia es suicida, en lo personal no conozco ningún caso de éxito en el mundo. Malú Kikuchi tampoco entiende por qué está pasando todo esto y se pregunta si no se trata lisa y llanamente de castigar a los vencedores de la agresión terrorista internacional en el campo de las armas.