José Luis Espert explica las bondades del novedoso y exitosísimo modelo de desarrollo puesto en marcha desde el golpe a De la Rúa:
Hoy la inflación no es un problema monetario. Está causada por la suma del intento del gobierno de desarrollar un capitalismo nacional al calor de la sustitución de importaciones, la obra pública y el default de los contratos con las privatizadas más el permanente acicateo a la demanda vía aumentos de salarios por decreto y gasto público.
La autarquía comercial fue uno de los símbolos económicos más notables del globo en el período entre las dos guerras mundiales. Pero luego de finalizada la segunda conflagración, los países defensores de la libertad se dedicaron a vivir del comercio, con muy bajos aranceles a la importación y fiscos responsables. Sin embargo, la Argentina se quedó "pegada" en el capitalismo corporativo, prebendario, corrupto de Estado socio del sector privado y economía cerrada, típicos del nefasto fascismo italiano y el nazismo alemán.
Tan es así que hoy 10 años después del experimento Mercosur, ni siquiera podemos competir con Brasil a pesar de que ésa era la idea. Andamos protegiéndonos de nuestro vecino de sus importaciones de calzados, textiles, heladeras, televisores, termotanques, autos y todo lo que pueda amenazar la rentabilidad de nuestros empresarios nacionales. Si los consumidores se perjudican por pagar precios extravagantes que se embromen por no tener poder de lobby.
La guerra contra el peso...
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