Esto posteaba en noviembre de 2004, creo que vale la pena volverlo a leer:
Los Ungidos
(Diario Hoy, de Quito)
Hace 15 años cayó el Muro de Berlín. Una ironía, lo
tuvieron que tumbar los ciudadanos de Europa del Este
cuando en realidad debió ser demolido por los
dirigentes socialistas. Era el monumento vivo a su
fracaso como líderes e intelectuales Pero los ungidos
en todo el mundo y en especial en Latinoamérica no se
han enterado. ¿Quiénes son los ungidos? A pesar de que
nadie les haya elegido realmente, presentan una serie
de síntomas de mesianitis aguda. Consideran al libre
mercado una realidad en el Ecuador, donde siempre ha
existido un sistema de prebendas y desigualdad ante la
ley. Y a eso, pretenden reemplazarle con más
regulaciones y Estado porque "es demasiado libre".
Abandonaron el partido -los más listos- para sumarse a
una ONG. Hablan un lenguaje propio, políticamente
correcto, que desemboca en el uso de términos como
"afroafricano" y "violencia estructural transgenérica
y falocentrista". Piensan en postmoderno, abusando de
vocablos como "procesos", "discurso", "estructura",
etc. Creen haber abandonado a Marx, pero repiten sus
errores más burdos con maquillaje
marcusiano-foucaultiano-derridiano, requisito para el
cafetín de moda.
Ya que reciben sueldos en dólares desde antes que el
resto de nosotros, les conviene volver a una moneda
insegura y no se cansan de proponérnoslo. La
organización para la que trabajan no recibe auspicio y
fondos voluntarios si no tomados a la fuerza por un
gobierno de un país más capitalista. Desprecian el
mercado en general pues premia a la gente productiva
más que a ellos, una osadía insoportable. Ignoran que
el mercado es un plebiscito diario que deberían
respetar tanto como a sus propias asambleas,
comisiones y conclaves. No ganan elecciones pero se
sienten con autoridad moral para proponer modelos
neo-totalitarios multicolor. Miran con recelo el
éxito, la productividad, la riqueza, la belleza y la
alegría que no están bajo su control. Ante el fracaso
del socialismo y su desenmascaramiento como propuesta
inmoral, se alinean con o contra el 'neoliberalismo',
su novel variante tecnocrática y dirigista. Los
ungidos se sienten defensores de las minorías pero
atropellan intelectual y políticamente al individuo,
la minoría más importante. Se sienten defensores de
los pobres pero proponen las recetas que crean
pobreza.
Piensan que un impuesto a los ricos no lo terminan
pagando los pobres, y que el libre comercio no es lo
que ocurre entre las desiguales Chimborazo y Guayas.
Los ungidos desconfían de los 'ricos', salvo de
aquellos como Engels que les financian siempre. Creen
que con regulaciones protegen al público de los
empresarios, sin saber que en realidad protegen a los
aquellos de los competidores pequeños. Creen que los
aranceles protegen el empleo local, cuando en realidad
evitan que el consumo y la inversión se muevan hacia
donde elevarían la calidad de vida de millones. Les
encanta crear nuevos organismos burocráticos, darse
empleo en ellos y empezar a intervenir en la vida de
los demás. Por último, los ungidos no fueron ungidos
por nadie, pero qué importa: ellos saben lo que es
mejor para nosotros.
www.liberalismo.org
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