Muchos de los que se alegraron y celebraron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, sosteniendo que EEUU se los tenía merecido y que los miles de muertos tenían que pagar por los pecados del país, son los mismos que ahora mágicamente desarrollaron una saludable preocupación y conciencia social por los ciudadanos norteamericanos ante los eventos del huracán Katrina.
De golpe, muchos de los mismos que viven con alegría cada ataque o fenómeno meteorológico que genera victimas entre los norteamericanos y sus aliados ahora se horrorizan ante el sufrimiento de miles de de persona de ese origen.
Si todo esto es genuino, no deja de ser una consecuencia positiva entre tanto dolor y muerte. Pero me temo que sólo se trata de un capitulo más del penoso todo vale para atacar al actual presidente de EEUU. En realidad, nunca les importó tres teresos de perro la vida y propiedad de ningún ciudadano norteamericano, ni les importa ahora. Si el pasaje de este huracán hubiera terminado como cualquiera de los huracanes anteriores durante la administración Bush, mucha de esta misma gente estaría lamentando el bajísimo número de victimas y daños materiales.
Te doy uno con nombre y apellido: Chiche Gelblum. Vomitivo lo suyo hoy en radio 10.
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