La vez pasada lo decía Roberto Cachanosky. Una vez más, volvemos a una larga tradición en el país: el miedo al gobierno. Parece mentira, pero después de décadas de terror, de discrecionalidad, de gobiernos de facto, de persecuciones, de autoritarismo, no hemos aprendido la lección. Somos como esos borrachos empedernidos, ante el menor descuido, siempre volvemos al vicio.
Sinceramente espero que esta vez termine de otra manera, que no hagan falta miles de muertos para que volvamos a la institucionalidad.
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