Crybabies

En muchos sentidos, la sociedad de EEUU es una sociedad de "crybabies". En gran medida, es lógico que sea así. Es la evolución natural de cualquier sociedad que haya disfrutado de crecientes y sostenidos avances en calidad de vida e ingresos. Hay muchos expertos que consideran que una sociedad de abogados y demandas jurídicas es una sociedad libre.

De todos modos, me parece que se les va la mano. Están cayendo en exageraciones sin sentido. Una señora que pesa 200 kilos demanda a una aerolínea o cadena de cines porque no entra en la butaca. Otra demanda a una cadena de comidas rápidas porque se quemó con el café que le sirvieron.

Hay otros casos más complicados, pero todos van en la dirección contraria a la idea central que hizo de los EEUU lo que es: la responsabilidad individual. ¿Los adultos, en pleno uso de sus facultades mentales, que fumaban 4 paquetes de cigarrillos diarios, no sabían que fumar es malo para la salud? ¿Hace falta que se lo digan las compañías que los fabrican? Puede ser, yo creo que no. ¿Un adulto que almuerza y cena todos los días un combo Whopper en Burguer King ignora los efectos que tendrá esa dieta en su salud? ¿Hace falta que la cadena de comida rápida se lo explique en un folleto a todo color y con esquemitas? Yo creo que no. But that’s just me.

Otra de las manifestaciones de este estado de cosas es la desesperación de los medios y de gran parte de la sociedad por convertir a Irak en otro Vietnam. No se pierdan la columna de Thomas Sowell sobre este tema. Lo dice todo el mundo. Irak es el próximo Vietnam. De nada sirve explicar que esa guerra se perdió en el terreno de lo político, no de lo militar, y justo antes de estar a punto de lograr los objetivos que se habían propuesto. Aparentemente la idea en este caso es volver a cometer los mismos errores.

Entiendo que cuanto más desarrollado y avanzado es un país, más valiosas son las vidas humanas. Es lógico que sea así. Tal vez tenga que ver con el hecho de que una gran parte de la opinión pública en EEUU, y en el resto del mundo, no percibe al fundamentalismo islámico como una amenaza real y concreta, a clear and present danger, como sí percibían al nazismo o al comunismo soviético en su momento.

Es comprensible, eran otros tiempos, y las personas suelen reaccionar de manera muy distinta, mucho menos nihilista, cuando perciben que está en juego su propia supervivencia.

Hoy le decía a Víctor en un comentario que vengo siguiendo el proceso de los appeals en el caso de Stanley Tookie Williams. Hace unos días veía un informe en CNN con activistas en contra de la pena de muerte y activistas a favor.

Como decía hace unos días, no estoy a favor de la pena de muerte. Aunque mi postura aplica más a países como Argentina, creo que ningún sistema de justicia del mundo está libre de errores. De todos modos, como de costumbre, lamentablemente muchos de los activistas en contra de la pena de muerte son la mejor propaganda a favor de la pena de muerte. Parece mentira, pero esta gente aparentemente no conoce la mesura.

Si mi objetivo es evitar que ejecuten a tal o cual persona, mi alegato debería estar orientado a lograr ese objetivo: enumerar exhaustivamente los motivos por los que creo que Williams no merece la pena de muerte o por qué en este caso en particular la pena de muerte no se debería aplicar.

Como contraste, los activistas anti pena de muerte que pude escuchar perdían el tiempo en grandes diatribas generales denunciando los abusos del sistema legal de EEUU, del gobernador del estado de California, del sistema social de EEUU, del capitalismo y de la globalización.

Insisto con lo que digo siempre. Si queremos que nos tomen en serio, debemos ser serios.

En fin, tal vez sea el precio que hay que pagar por vivir en una sociedad tan compleja y avanzada como la de EEUU (aunque mucha gente considere que los norteamericanos son al mismo tiempo uno manga de gordos ignorantes de pésimo gusto en ropa y aceitadas máquinas dedicadas al proyecto de dominación mundial).