Jan 5, 2006

2006: Año de la Izquierda Latinoamericana

Alejandro Tagliavini:

Diez elecciones presidenciales se prevén en América Latina en 2006 y parece que, aparte de El Salvador, casi todas las naciones quedarán gobernadas por izquierdistas. Buena oportunidad para ver cómo se desarrolla el año y evaluar a la izquierda, si nos dejan algo de libertad de opinión y democracia.

Porque lo peor de la izquierda no son sus postulados económicos irracionales que, donde gobiernan empobrecen a la gente, sino que son violentos, ya que además de que suelen apoyar el terrorismo pretenden imponerse por sobre el mercado, sobre la sociedad, con la fuerza policial del Estado.

8 comments:

  1. Hoy te levantaste especialmente anti-progre, como si fuera el cumpleaños de Lenin o algo así.
    Hay que reponer el stock de Bourbon SAQero.

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  2. Es una condición necesaria, pero no suficiente, ganar las elecciones más o menos limpiamente (si se entiende por "limpiamente" comprar votos a través del clientelismo, el empleo público masivo, los "planes trabajar" o "jefas y jefes de hogar" que ahorren a los beneficiarios la obligación de trabajar, los pagos del presupuesto público a encuestadoras de opinión, las presiones a los medios de prensa).
    El problema, es que parecen concebir a la democracia únicamente como un camino de acceso, pero no está en sus planes irse jamás, ni respetar el disenso, ni los otros poderes del Estado.

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  3. Marine Fran, el problema es que el clientelismo y el populismo desvirtúan la democracia hasta volverla una ficción casi total. De todos modos, es preferible por lo menos guardar las formas republicanas a lo que pasaba antes.

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  4. 100% de acuerdo con vos, Julio, de tu boca salen las verdades como poroto en la chaucha, como decía el gaucho en el programa de Porcel, hace unos añitos.

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  5. Marcos, la verdad es que no me vendría mal irme hasta el SAQ y conprar un JD's, hoy nevó todo el día y parece que sigue hasta el lunes que viene.

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  6. Luis: Retribuyendo gentilezas, nadie puede negar que tu blog realmente tiene artículos interesantes. Y, ya que estamos en gauchescos, "es mejor que aprender mucho, el aprender cosas buenas" (Martín Fierrazo).

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  7. Julio, creo que es mejor cortar esto, porque van a empezar a sospechar que somos parientes. :-)

    Te quería preguntar algo. Recién le comentaba lo mismo a Bartolomé Alberdi. No deja de sorprenderme seguir escuchando a muchos supuestos expertos muy entusiasmados con la nueva versión del modelo de sustitución de importaciones sostenido con retenciones a exportaciones de productos primarios. Se habla permanentemente de "boom", que el país habría dejado definitivamente la volatilidad, está todo fantástico, nunca mejor, etc.

    Ya que vos estas en el tema y, al residir el país, vives más de cerca lo que está pasando, cómo ves la situación. ¿Es realmente tan así?

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  8. Luis: en realidad, no estoy "en el tema". No soy economista, sino aficionado a la economía; quizás mi mayor mérito sea soportar hace 5 décadas los desaciertos de nuestros gobernantes. Te cuento una historia real. Un muchacho amigo mío (alias “Pototo” o “Virulo”), fiestero impenitente, gran bebedor, fumador y comedor de asados, descollaba como futbolista aficionado, y corría como si tuviera 20 años. Pese a sus excesos, era ágil, veloz y habilidoso. Le advertíamos que tenía que cuidarse, pero nunca lo hizo hasta que, como era previsible, murió en forma repentina. Venía bien, pero terminó mal.
    No soy economista, pero Argentina es similar a Pototo (que probablemente, si viviera sería kirchnerista). Analicemos varias cosas: 1) El precio de los "commodities" no es un mérito del gobierno, y no sabemos cuánto durará. 2) La devaluación del dólar frente al euro no es un mérito del gobierno. 3) Las bajas tasas de interés internacionales no son un mérito del gobierno. 4) Duhalde hizo el "trabajo sucio" de licuar el gasto público en dólares, gracias a la megadevaluación, y además, tuvo la habilidad de conseguir que la opinión pública culpara a Menem de sus desgracias (ayudado por la Carrió, López Murphy, los periodistas, etcétera). En vez de las pequeñas reducciones de salarios nominales (creo que era un 10% para los empleados públicos) que la sociedad, el peronismo, el alfonsinismo, la izquierda y los medios de prensa rechazaron de De la Rúa, la gente aceptó una brutal reducción de los salarios reales, pues como la culpa de todo era de Menem, el gobierno quedaba exculpado. 4) Kirchner recibió un país con la inflación en baja (después de un shock inflacionario en el año 2002), con un dólar alto -es decir salarios bajos- pero decreciente, y a partir de la miseria, toda mejora fue magnificada. Si lees La Nación de hoy (Economía), los salarios reales siguen siendo menores que en el año 2001, pero mayores que en el 2002. Si se cuenta con una prensa adicta, se parte de lo profundo de un pozo, y en vez de comparar con la época en que se estaba fuera del pozo, se lo hace con el piso, todo parece maravilloso. Pero un crecimiento basado en los salarios bajos, las tasas de interés internacionales bajas y en los precios altos de los “commodities, ¿cuánto puede durar?
    En el largo plazo, el crecimiento depende del aumento de capital –humano y no humano- del capital físico, del progreso tecnológico, y del “capital social”; todo eso posibilitado por la seguridad jurídica. ¿Qué ha mejorado?
    Si vas a las estadísticas del INDEC (Stock de capital a precios constantes. Año base 1993), verás que capital físico, expresado como stock de equipos durables, es similar al de 1998 (después de 7 años, y midiéndolo en pesos, deflactados por un índice que no conozco). La única “inversión” que ha crecido es la construcción, que no tiene mucha relación con el crecimiento; es más el producto de un desplazamiento de las decisiones de inversión por las bajas tasas de interés, y la desconfianza provocada por el corralón, que hace que la gente no ahorre en dinero. No hay acumulación de capital.
    ¿Ha habido progreso tecnológico, de modo que mejore la relación capital-producto? No: el país está viviendo de las inversiones de los años 90, salvo el sector agrícola. Si el gobierno persiste en la política del dólar alto (más allá de que sea dudoso que pueda lograrlo en el mediano plazo) las importaciones de bienes de capital seguirán siendo caras, y la profundización del Mercosur es profundizar la brecha tecnológica con los países de avanzada.
    ¿Ha mejorado el “capital humano”? No: cada vez somos comparativamente más bestias, y la crisis educativa es una realidad que no niega ni el propio gobierno. Tampoco se superará con ideólogos marxistoides.
    El “capital social” es algo intangible: las relaciones de confianza derivadas del cumplimiento regular de los contratos y de las obligaciones en general, que generan un clima propicio para las inversiones y disminuyen los costos de transacción. ¿Ha mejorado? Claramente no: una de las consecuencias del duhaldismo y del kirchnerismo, ha sido la exacerbación de la conflictividad social, el aumento del delito, el aliento al incumplimiento de las obligaciones y de los contratos, la desconfianza de todos contra todos, la persecución de los contendores ideológicos y de los empresarios que no son amigos o no chupan las medias al gobierno.
    Caer en la casuística puede ser abrumador, pero a mi modesto entender, está claro que todo irá en peor en el mediano plazo. Los economistas que opinan a favor del gobierno, o son beneficiarios del actual esquema, o nunca atendieron a un empresario chico, perseguido por los fiscos nacional, provinciales y municipales. En un país en que se autoriza a los gobiernos provinciales a abrir cajas de seguridad (ver La Nación del 7-1-2005, sección Economía) de los “morosos” (definida la mora por los propios funcionarios del gobierno; muchas veces, son acreedores del Estado por considerables sumas), no hay seguridad jurídica, y sin seguridad jurídica no hay progreso económico (desde Adam Smith hasta Douglass North, lo dicen todos los que saben).
    Los salarios reales bajos, dólar alto que permita retenciones a las exportaciones y superávit fiscal no pueden mantenerse en el largo plazo. Y si se mantienen, simplemente se perpetuará la pobreza, con pequeñas mejoras. Como el caso del pobre “Pototo”, estamos “bien” (mejor que en 2002) pero terminaremos mal.

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