Cien años de la muerte de Bartolomé Mitre. De los más destacados de un grupo de argentinos que supo estar a la altura de las circunstancias históricas en un país y una sociedad que no existen más, que tenían no sólo un objetivo claro sino que además eran coherentes con los medios para lograrlo. De La Nación de hoy:
Fallecido en Buenos Aires el 19 de enero de 1906 -hoy se cumple exactamente un siglo-, Mitre ocupa un lugar singularísimo en la vida nacional. Fue, a lo largo de su fecunda y prodigiosa vida, presidente de la República, gobernador de la provincia de Buenos Aires, legislador, militar, político, periodista, escritor, historiador, intelectual, hombre de consulta y de doctrina. En cada una de esas actividades logró escribir páginas memorables para la historia de su país y también para la consolidación de los valores morales que alimentan el crecimiento espiritual de una Nación. Podría decirse, extremando el espíritu de síntesis, que Mitre fue el exponente de un humanismo civilizador que iluminó el camino de nuestro pueblo en las más distintas direcciones. Cuando murió, a los 85 años, el país no dudó de que había perdido a un gran hombre de Estado. Pero sintió también que estaba despidiendo a un argentino que había dignificado la convivencia cotidiana, a ese transeúnte amable y sereno que brindaba todos los días en las calles de Buenos Aires, con mínimos gestos, una lección de sencillez republicana, de respeto a lo más esencial del espíritu ciudadano.
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