No se pierdan el análisis de Mario Vargas Llosa. Qué envidia que me da, me encantaría poder escribir así:
No hace muchos años parecía un axioma que el racismo era una tara peligrosa, que debía ser combatida sin contemplaciones, porque las ideas de raza pura, o de razas superiores e inferiores, habían mostrado con el nazismo las apocalípticas consecuencias que esos estereotipos ideológicos podían provocar. Pero, de un tiempo a esta parte, y gracias a personajes como el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales y la familia Humala en el Perú, el racismo cobra de pronto protagonismo y respetabilidad y, fomentado y bendecido por un sector irresponsable de la izquierda, se convierte en un valor, en un factor que sirve para determinar la bondad y la maldad de las personas, es decir, su corrección o incorrección política.
Mais oui, mais je pense que c’est vrai
ReplyDeleteDur, très dur.
ReplyDeleteOtra vez yo. Tal vez es tremendo lo que voy a decir, pero en parte los "blancos" nos la merecemos. Nunca hubo intentos serios de desarmar la estructura paternalista, jerárquica, autoritaria de las sociedades latinas.
ReplyDeleteAgustín, te cito a alguien que la tiene muy clara:
ReplyDeleteCreo que la elección de Morales puede ser positiva. Lo más probable es que se estrelle contra la pared, en cuyo caso quedará demostrado que Bolivia tiene un problema de sistema, más que de personas (blancos vs. indígenas, etc.)
:-)
El que la tiene clara sos vos. Dicho esto, son más de las 10 de la noche acá: cierro el boliche. A demain.
ReplyDeleteSabias palabras las de Don Vargas.
ReplyDeleteNo se puede agregar nada más.
Pablo
Dudo mucho que sea un problema de cobrizos o blancos... El tema es ideológico.
ReplyDeleteNo todos los "cobrizos" son de izquierda ni todos los "blancos" de derecha.
Lo que Evo Morales pone en evidencia es la discriminación intrínseca de la izquierda, que en términos gruesos sería: los pobres (arios) son dignos, los ricos (semitas) merecen morir. No es casualidad que el partido de Hitler haya sido el nacional-SOCIALISMO.