Y siguen los éxitos del modelo productivista. El desempleo no para de caer. Pero hete aquí, que la pobreza no cede en la misma medida.
En los odiados 90, las cifras de pobreza estaban directamente relacionadas a las de desempleo. Las personas empleadas dejaban de ser pobres. Cuando se decidió destruir el modelo capital intensivo y volver al viejo esquema mano de obra intensiva que campeó en el país por décadas, fue necesario destruir el salario real.
De esta manera, la productividad de la economía argentina es tan baja que la gran mayoría de los puestos de trabajo que se crean son de bajísimos ingresos y de muy mala calidad. Esta situación asegura que muchas personas que trabajan no perciben ingresos suficientes para salir de la pobreza. En realidad, se trata de una situación artificial, que nos va a causar serios problemas nuevamente, en la medida en el que país retorne a la normalidad en el futuro.
Las mejoras en las estadísticas de desempleo están más relacionadas al aumento del número de empleados públicos y a puestos de trabajo de muy baja productividad, como los que “generaba” Duhalde con su programa para asfaltar calles de la provincia de Buenos Aires sin maquinaria vial. Si el gobierno de Kirchner prohibiera los automóviles en el país seguramente a los pocos meses seriamos testigos de los cientos de miles de nuevos “puestos de trabajo” que se crearían entre peones de establo, distribuidores de alfalfa, aguateros y paseadores de caballos y paleadores de bosta.
Pero, como digo siempre, seremos más pobres que nunca, pero por lo menos tenemos Dignidad.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.