Iba a incluir un link a post con buenas noticias desde Irak que vi en National Review. Pero creo que es perder el tiempo. Salvo muy distinguidas excepciones, las personas que conozco que se oponen a la invasión de Irak no están interesadas en debates ni en soluciones.
Como con tantos otros temas, la batalla se desarrolla en el campo de la ideología, de las pasiones. Como con tantas otras cosas, lo más importante no es el éxito propio, sino el fracaso ajeno. Esta gente no estaba de acuerdo con la invasión, principalmente porque la encabezaba y proponía EEUU y si la cosa termina más o menos bien, sería una bofetada en el rostro, la demostración una vez más de que la manera de relacionarse con la realidad de la izquierda implica en realidad un profundo desprecio por la realidad.
Por eso creo que sinceramente no tiene demasiado sentido seguir discutiendo si Saddam tenía o no vínculos con Al Quaeda, si existían o no armas de destrucción masiva o si la invasión fue por petróleo o dátiles. Estos temas y tantos otros son poco más que excusas que se usan para justificar la oposición a la invasión que sacó a Saddam del poder. Son total y absolutamente intercambiables y se usan y descartan como preservativos. Los sectores más moderados son las únicas personas que conozco a los que honestamente les interesa llegar al fondo de estos temas y saber la verdad.
Sinceramente no estoy seguro de cómo termine el experimento de democratización de Irak. Si tenemos en cuenta experiencias anteriores, las chances no son demasiado buenas. A pesar de que hay analistas que citan los ejemplos de Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial.
De lo que sí estoy seguro es que aún si dudamos del éxito, toda persona de bien debería estar deseando desde el fondo del corazón que todo esto tenga el final más feliz posible. No tanto por los EEUU, sino por los millones de hombres, mujeres y niños iraquíes. Al final de cuentas, algún día los soldados y demás norteamericanos dejarán Irak y volverán a su país a continuar sus vidas de primer mundo en paz y democracia. Son los iraquíes los que se van a quedar en su país, y creo que después de tantas décadas de matanzas, tortura y violaciones masivas de los derechos más elementales se merecen por lo menos una mínima oportunidad de disfrutar de lo que damos tan por sentado en Occidente.
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