Jun 5, 2006



Arrecian las puteadas, esa pasión nacional, en los comentarios. Lo noto en este blog y en varios vecinos. Lamentablemente, decidí desactivar la opción de dejar comentarios anónimos. Si alguien quiere dejar un insulto, por lo menos que firme. Creo que varios de mis colegas son mucho más liberales que yo en su tolerancia por los ataques personales, las descalificaciones, las agresiones y las puteadas lisas y llanas. Good for them.

Sinceramente no entiendo cual es la motivación. Visitar este blog, o cualquier otro, es estrictamente voluntario. Para qué sufrir. Si hay personas que les parece que todo es una porquería, que lo que se dice es de ignorantes y/o fascistas, ¿para qué seguir visitándolo? No es bueno sufrir, sobre todo si existen otras opciones.

Por otro lado, tal vez sea un indicio de que mucha gente se está quedando sin ideas. Lamentablemente muchas personas suelen recurrir a los insultos cuando se quedan sin argumentos. La realidad suele ser implacable.

Me olvidaba, ¡NO LES TENGO MIEDO! Si tenés un problema vení para acá. Vení para acá que Guillermo y Rubén te van a atender.

1 comment:

  1. Yo me hago el mismo planteo. ¿Cuál es el gusto pasar todos los días por un sitio con el que no coinciden?
    Hace rato que yo agregué la edición de comentarios, porque me harté de recibir puteadas, incluso haciéndose pasar por lectores amigos.
    Ahora, con los comentaros editados, entiendo menos cuál es el sentido de dejar barbaridades, sabiendo que sólo las voy a leer yo. En fin...

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