Contribución a la economía nacional

Señores, volvió Pablo:

Contribución a la economía nacional

Montado sobre la ola de acuerdos de precios y el control virtual de la inflación, como surfista en plena competencia, voy a sugerir dos importantes cambios para reducir el precio de los automóviles que se venden en nuestro país: sacar elementos que no se utilizan y que no sirven para nada. Como la vieja frase “inútil como cenicero de moto”.

En primer lugar, quitaría los tres espejos (dos laterales exteriores y un central interior) porque ¿quién los utiliza? Se venderían como opcionales y entrarían dentro de la categoría de “accesorios de lujo condicionales”.

La terminología utilizada para describirlos no es caprichosa:
”Condicionales” porque antes de instalarlos, el comprador debe pasar por un simulador de conducción, parecido a los que se usan en aviación, en donde se evaluaría la capacidad del usuario en las artes del manejo en calles y rutas. Allí se apreciaría directamente si tiene la capacidad para utilizar de dichos elementos.

Aprobado el test, significa que reúne la “condición” para poder adquirir los espejitos. O si se prefiere, es “condición” aprobar el test para recibir estos accesorios. Ud. elige.

“Lujo” porque sería un placer, es decir “un lujo”, poder circular por las calles de una ciudad argentina o sus rutas, donde los respectivos conductores, choferes y gente del volante los utilizara.

El segundo elemento, es la luz de giro o guiño. Esa palanquita, en algunos casos pequeña, que está instalada al costado del volante que permite accionar luces, generalmente de color amarillo/naranja, que se encienden y apagan en forma alternada, como una guirnalda en el árbol de navidad (esta explicación es para aquellos que todavía no saben que existe y para que se utiliza). Esa bendita palanca que fue diseñada para que el conductor anticipe su maniobra e indique al resto de los paseantes si va a girar y, en ese caso, para que lado, solo sirve en países subdesarrollados, donde la gente no tiene la capacidad mental de adivinar. Si, ¡como los argentinos!

Como aquí crecimos con la vivencia de adivinar permanentemente que es lo que hará el que maneja el auto de adelante; o el que nos pasa por la derecha; los menos que nos pasan por la izquierda. ¿Para qué voy a decirte si cambio de carril o no, si vamos todos para el mismo lado? El que frenó adelante ¿irá a estacionar? o ¿se detuvo en doble fila para comprar cigarrillos?

Ahorremos espacio, peso y costo. Quitando esta palanca que muy pocos utilizan, sacamos las luces indicadoras, cable, plástico y algunas cosas más.

Hagamos la prueba y veremos que el tránsito seguirá igual que ahora, con la ventaja que habremos reducido costos de producción.

Que así sea.