Viejo pero malo:
En la provincia de Buenos Aires se celebra una competencia internacional entre las agencias de seguridad más importantes del mundo. Participan el FBI, Scotland Yard y la Bonaerense, la policía de la provincia.
La competencia consiste en atrapar un conejo lo más rápido posible. Comienza la competencia, sueltan al conejo y parte el FBI. A los 60 minutos, la agencia federal de EEUU llega de vuelta con el animal. Impresionante, silencio total. Todos quedan sorprendidos de la rapidez y les preguntan cómo lo hicieron:
En el momento de soltar al conejo lo marcamos genéticamente con el ADN que extrajimos de un pelo que le arrancamos. Con un sistema satelital de rastreo dedicado enlazado a GPS inmediatamente lo seguimos. A partir de ahí atraparlo fue un juego de niños. Queremos aclarar que durante todo este proceso no se lastimó ni se hizo sufrir de ninguna manera a conejo alguno.
Luego es el turno del Scotland Yard. Se preparan, sueltan el conejo y en media hora aparecen de vuelta con el simpático animalito en una coqueta jaula. La gente aún más sorprendida les pregunta cómo lo hicieron:
Siguiendo nuestra tradición histórica, en lugar de la tecnología de punta, nuestra organización se basa en el uso extensivo de técnicas de deducción e investigación policial pura. Sabíamos que el conejo tenía hambre y seguramente se iba a dirigir a la huerta más cercana.
Luego llega el turno de la Bonaerense. Sueltan al conejo y a los cinco minutos llega un patrullero Monza todo abollado y lleno de herrumbre, se bajan tres agentes y un chancho esposado, todo ensangrentado, rengueando y con un ojo morado, sollozando ¡Les juro que soy un conejo! ¡Se los juro!
No se por qué... pero el cuento me trajo a la cabeza la veloz detención del "tirador de Belgrano".
ReplyDeleteOjalá me equivoque.
Sí, ADN, gracias Marcos, no sé qué pasó, debe ser el corrector de merde de Word.
ReplyDeleteRubén, pensé lo mismo cuando vi la noticia ayer. Argentina, país maravilloso.
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