El Opinador Compulsivo

El sur de California, una región en la que habitan más de 24 millones de personas, ha visto una gran cantidad de obras maravillosas en este último año. Dos se destacan por su belleza, importancia cultural, innovativa técnica y la cantidad de dinero que en ellas se invirtió: el Getty Villa (permalink) y el Segerstrom Concert Hall. Tanto el "Villa" (parte del Getty Center, cuya sola construcción costó U$6000 millones) como el Segerstrom tienen en común, además del casi unánime elogio de la crítica especializada, el hecho de que fueron construídos bajo la conducción de arquitectos nacidos y educados en Argentina. Rodolfo Machado y Jorge Silvetti de Machado & Sivetti estuvieron a cargo de la remodelación del Getty, mientras que César Pelli es el responsable del Concert Hall de Orange County que inaugura el mes próximo.

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El otro día escuchaba un podcast de NPR sobre mi barrio en Los Angeles: Westwood. También conocido como Tehrangeles por la cantidad de iraníes que lo han "colonizado", Westwood es tradicionalmente asociado con UCLA, la universidad tiene su sede en el centro del barrio. La verdad que al escuchar el reporte no me llamó la atención el número de iraníes que viven en la región (medio millón en el sur de California), cuando camino por el barrio la gente se saluda más en farsi que en inglés; ni tampoco me sorprende leer las estadísticas que hablan de la prosperidad económica de la comunidad iraní (el ingreso per cápita de un iraní-americano es 50% mayor que el del americano promedio), viví durante tres años pegado a la escuela secundaria de Beverly Hills, donde los iraníes son mayoría absoluta.

Me parece en estas dos simples historias yace el secreto del éxito americano. Desde su nacimiento como un par de humildes colonias del imperio británico, esta nación se ha caracterizado por su extraordinaria capacidad de atraer las más creativas mentes humanas, quienes dejaron atrás sus orígenes atraídos por la misma premisa: libertad. Libertad de culto, libertad política, libertad económica... libertad en todas sus variantes.

Pensar que oímos a diario las quejas que vienen de todos los rincones del planeta: Estados Unidos es un monstruo que quiere quitarnos el petróleo (en el caso de Miedo Oriente) o la identidad cultural (en el caso de Francia) o el agua (en el caso de Argentina) o... la dignidad (en el caso de Cuba.)

Mientras sigamos preocupados con la ilusión del monstruo externo que quiere devorarnos con su apetito imperialista, más difícil va a ser lograr enfocarnos en resolver los problemas de fondo en nuestros propios países, esos mismos problemas que hacen que la gente tome aviones sin regreso en busca de un futuro mejor. Estados Unidos es un país que, lo único que parecer "robar" magistralmente, es el talento de individuos desperdiciados en sus propias tierras.