Con su máquina importada
De tirar agua
Llegó el bombero loco
Divertite a lo loco
Con el bombero loco
Para muchos especialistas, en la Argentina está todo pipí – cucú y muchos otros, para justificar el estado de locura actual, se sumaron a aquello de que menos es mejor que más. Pero para Roberto Cachanosky, la cosa está muy complicada y el gobierno corre de un lado para otro como gallina sin cabeza:
A juzgar por lo que viene ocurriendo en los últimos meses, lejos de tener la situación económica bajo control, el Gobierno se asemeja más a un bombero que a un constructor. Sin plan de largo plazo y basando toda su estrategia en un dólar alto financiado con expansión monetaria, los focos de incendio que se producen hacen que el presidente Néstor Kirchner tenga que estar permanentemente con el casco puesto y el matafuegos en la mano. Y no es que Kirchner tenga enemigos que le quieren incendiar el país, sino que su política económica es propia de un pirómano.
La aceleración de la inflación lo llevó a tratar de frenar la suba del índice de precios con controles y “acuerdos”. En su momento, con la suba de la hacienda, trató de apagar el fuego prohibiendo la exportación de carne, lo cual le generó otro foco de incendio que fue la certeza de que invertir en la Argentina es sumamente peligroso dadas las reglas que imperan.
Cuando el Gobierno no había terminado de apagar el fuego de la carne, tuvo que ver qué hacía con el precio del trigo. Cuando “frenó” el problema del precio del trigo, le saltó otro foco de incendio en los alquileres. En este caso, quiso apagar las llamas tirando nafta súper y casi genera una catástrofe de proporciones. De manera que dio marcha atrás con los controles de alquileres y se lanzó al utópico proyecto de anunciar un plan para conseguir créditos hipotecarios a tasas bajas que se traduzcan en una cuota similar al de un alquiler.
Mientras el Gobierno continúa intentando apagar el fuego de los alquileres, acaba de surgir otro foco de incendio con el tema energético, dado que ya todos empiezan a advertir que, si en el verano hace mucho calor, tendrán que producirse cortes de energía al más puro estilo Alfonsín al final de su mandato. ¿Quién puede invertir en un país en el cual no sabe si al enchufar la máquina va a tener energía para hacerla funcionar? Pero es así: el nuevo modelo productivo no depende de condiciones institucionales para poder funcionar adecuadamente, sino del clima. Si hace frío y la gente prende la calefacción, tenemos problemas energéticos. Si hace calor y la gente prende el aire acondicionado, tenemos problemas energéticos.
Mañana mismo voy al Ciudad, Provincia y Nacion a ver que pesco. Me cansé de ser racional-
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