Sep 14, 2006

Carlos Mira sostiene que el éxito histórico de los EEUU se debió a ser distintos a los demás y que los ataques del 11 de septiembre lograron su objetivo: que EEUU se convierta en un país más. Yo no comparto el diagnostico, pero vale la pena leerlo:

¿Cómo es posible que un país que reúne menos del 5% de la población mundial consuma el 25% del petróleo, produzca más riqueza que la Unión Europea (de hecho, un cuarto del producto total mundial es norteamericano), constituya un imán de ilusión para gente que desea soñar con un futuro mejor y tenga más disponibilidades de defensa que los cinco países que lo siguen en forma combinada? ¿Cómo puede ser que un conjunto más o menos vulgar de personajes ignotos que andan vestidos con pantalones a cuadros, juegan deportes que nadie practica y miden la temperatura del aire en unidades inventadas por un tal Sr. Fahrenheit hayan podido superar tres mil años de historia y evolución de una cultura continental, escrita por los que supuestamente saben para que la sigan los que supuestamente no saben; de una sofisticación exquisita y elitista que supuestamente es mejor que el vulgo norteamericano, hecho a golpes de viento en medio Kansas? ¿Cómo se atreven estos arribistas a desafiar el orden “natural de las cosas” que auguraba a la alcurnia europea el señoreo eterno sobre la vulgaridad de la incultura? ¿Cómo un par de cientos de miles de labradores se han atrevido a darse una organización social más exitosa que la que la nobleza haya podido conseguir jamás para sus súbditos?

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