No se pierdan esta columna de Pilar Rahola sobre Oriana Fallaci:
Pero más allá de la dureza del tono y del discurso, Oriana Fallaci merece una reflexión serena, y no sólo por su impecable biografía, sino por el valor de las ideas que defendió. Personalmente ya he dicho en múltiples foros que no comparto su ataque frontal y global al islam, por injusto y simplificador. No creo que el problema del mundo sea el otro, el distinto, el ciudadano que reza a un Dios llamado Alá y que vive en consecuencia con sus credos. Muy al contrario, mi visión del mundo sólo es soportable si permite religiones, culturas y acentos diversos.
Pero comparto con Oriana Fallaci la convicción de que el mundo tiene, hoy por hoy, un serio problema vinculado al islam, un problema que atenta a las libertades, a los derechos y a la propia vida. ¿Todo el islam? Ahí está la divergencia de fondo. No. Pero es cierto que existe un islam que mata en nombre de Dios, que en nombre de Dios persigue a los disidentes, en su nombre esclaviza a las mujeres, desprecia a la libertad, y es en nombre de Dios que educa en la muerte. Miles de muertos, desde AMIA hasta Nueva York, desde Beslán hasta Atocha, desde Londres hasta Bali, pasando por Bombay, avalan esta trágica convicción. Ello no es óbice para un discurso que criminalice a los ciudadanos musulmanes, pero es tan real como el hecho contrario: hay un islam de paz y, hoy en el mundo, actúa también un islam de muerte.
Es cierto que no todos son iguales, pero el islam de paz parece guardar silencio absoluto sobre las andanzas del islam de muerte.
ReplyDeleteNunca es el islam de paz el que sale a poner orden por los desquicios del islam de muerte.
Silencio sepulcral...
yo por lo menos jamás vi a los islámicos condenando las atrocidades que se hacen en nombre del islam.
ReplyDeleteSine Metu, me quitaste las palabras de la boca. Pensando con lógica, no puedo creer tampoco que TODO el islam sea igual, pero es que no ayudan a una a convencerse, no dan argumentos en pro de esta idea, no se oyen voces disidentes más que alguna entre millones que cuestione el reinado del islam del terror, de la sharia, de la esclavitud de las mujeres, etc. Pienso que callan por miedo, por incultura, por desinterés, etc. pero también pienso que hay un porcentaje grande de musulmanes a priori "no violentos" que se "alegran" en el fondo de su corazón cuando ese otro islam sí violento muestra su faz en el mundo.
ReplyDeleteMe recureda a ETA en sus inicios. Muy poca gente estaría dispuesta a formar parte de la organización, pero muchos se alegraban por dentro cuando caían abatidos los guardias civiles, o cunado explotaban las bombas. Esa especie de aceptación silenciosa fue parte fundamental del arraigo de ETA en el País Basco... La policía llama a ese comportamiento "complicidad".
Que quieres que te diga, no todos están dispuestos ni creen que esté bien inmolarse en nombre de Alá, pero mientras el grueso de la cultura y filosofía de esa religión considere la inmolación como un martirio, una heroicidad, pues chico, va siendo mala para mi.
Muchas veces pienso que tendemos a extrapolar nuestra realidad en Occidente a la mayoría de los países musulmanes del mundo. En nuestra cultura, la normalidad es poder expresar libremente lo que pensamos y sentimos. Es parte de nuestra cultura y pasó y pasa hasta en las peores dictaduras del mundo. Ni siquiera Fidel Castro puede controlar con un 100% de efectividad lo que se reporta sobre Cuba.
ReplyDeletePero me parece que la situación en el mundo islámico es muy diferente. Las teocracias fundamentalistas en muchos de estos países lo controlan todo. No existe ni la prensa libre, ni una intelectualidad de peso fuera del ámbito de la religión oficial.
Por lo poco que pude hablar con musulmanes que se consideran moderados y partidarios por la paz, la sensación que tengo es que viven en otra realidad. Sus puntos de vista y sus referencias históricas son completamente diferentes. Es como si a partir del medioevo, la historia del mundo se hubiera bifurcado. Muy complicado.