Sep 26, 2006
Vendedores ambulantes
El diario de mi pago natal, "La Gaceta" de Tucumán, está obsesionado con este tema desde hace un tiempo (unos 25 años según dicta mi memoria, no sé de antes porque sólo prestaba atención a los "dibujitos" de la última página)
Diferentes voces, desde la página editorial, columnas de opinión, cartas de lectores, presentan el problema sin diagnosticar causas de fondo y sin enunciar posibles soluciones. "Los vendedores ambulantes son un problema porque no lo dejan a uno caminar tranquilo, que el gobierno haga algo." Que el gobierno haga algo?
Yo propondría que el gobierno haga menos.
El Banco Mundial, en su informe anual sobre "clima de negocios", ubica a la Argentina en el puesto número 101 en la tabla que mide las facilidades para emprender y desenvolverse en un negocio (estoy seguro que la región noroeste de la Argentina, considerada en forma independiente, está mucho más abajo). La tabla se confecciona tomando en cuenta factores que facilitan (u obstaculizan) la operación de una empresa: los días necesarios para obtener una licencia, el intercambio comercial, el pago de impuestos, la liquidación de impuestos, la lentitud de los tribunales, la elevada carga impositiva, la complejidad de los sistemas tributarios, etc.(1)
La solución -me parece- pasa por disminuir la carga impositiva y simplificar los trámites burocráticos al sector formal de la economía. Abaratando costos al sector legal, éste estará en condiciones de ofrecer precios más bajos y competitivos. Cierto es que siempre los costos van a ser mayores para el dueño de un local que para una persona que tiene una mesa en la calle, pero a precios más equiparables, no son pocos los consumidores que van a estar dispuestos a pagar un poco más por un mismo producto en un local que cumple con mínimos requisitos de higiene y salud pública. Menores trabas y mejores perspectivas comerciales ofrecidas desde el sector formal son a la vez el incentivo que necesita el vendedor ambulante para regularizar su situación.
Y así termina el post políticamente correcto. La verdad es que otros problemas también pueden solucionarse con menos trabas e impuestos. Un comerciante que cumple con todas las normas y hace todo al pie de la letra termina realizando desembolsos astronómicos en concepto de impuestos. Estos fondos, desafortunadamente, no se usan para obras o acciones de interés común. Normalemente el 60% va directo al bolsillo de los funcionarios de alto rango (unos cien), un 35% a los sueldos de empleados de la administración pública (unos cientos de miles), un 4% a gastos de afiches y bolsones para la próxima elección y un 1% destinado a tapar los baches de la calle Salta.
Un comerciante con menos escrúpulos (menos gil se traduce) realiza desembolsos (no tan astronómicos) a los inspectores y otros empleados de rango bajo de la administración pública en concepto de "tome oficial, esto es para usted, acá no pasa nada", mientras el vendedor ambulante conversa con el policía afuera "tome oficial, esto es para usted, acá no pasa nada". Los cien de alto rango hacen la vista gorda porque saben que el 35% del presupuesto no alcanza para pagar a los cientos de miles, "de algo tienen que vivir". Los cientos de miles hacen la vista gorda a los cien que se reparten el 60% a cambio de conservar el puesto. Y así es nuestra triste realidad.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
Mientras tanto el plan de negocios de un pirata del asfalto, de un dealer de droga, o hasta de un secuestrador express es mucho más simple y rentable.
ReplyDelete"Un comerciante que cumple con todas las normas y hace todo al pie de la letra termina realizando desembolsos astronómicos en concepto de impuestos."
ReplyDeleteEsto que decís es tal cual!! años atrás mi madre puso un negocio... y le iba razonablemente bien... pero se cansó de que todo lo que entraba se iba en el pago del famoso "impuesto a la ganancia presunta"!!!!!! Alguna vez han oído impuesto más injusto que ese???????
El final de la historia es previsible... cerró el local y se quedó en su casa.. eso le generaba menos estrés y menos gastos...
Es lo que estaba pensando de mi tierra natal y de todo el país, pero lo dijiste antes, y mucho mejor.
ReplyDeleteLa economía informal florece, cuando se gravan con pesados impuestos, tasas y controles a la economía formal.
Por supuesto que a nadie gusta que su ciudad se parezca -con todo el respeto que merecen los países subdesarrollados- al resto de las ciudades latinoamericanas, pero para evitarlo, hay que tener claro que el estatismo genera un círculo vicioso inacabable: las elevadas cargas tributarias y sociales generan desocupación; los desocupados, tengan o no un plan social, quieren hacer algunos mangos, pero en la informalidad; la informalidad tiene menores costos que el cumplimiento de las normas tributarias y regulatorias; así que mientras el sistema formal expulsa mano de obra, el sistema informal se expande con "cuentapropistas" que no pagan impuestos y erosionan los ingresos de quienes sí lo hacen.
Tengo la certeza de que la mayoría de los "expertos" en administración tributaria jamás administraron ni un boliche, no pagaron un impuesto directo, no emplearon jamás a nadie: se la pasaron en el sector público, bien o mal pagados, pero sin conocer nada de la economía real.
A este rumbo no nos quedará otra que poner un negocio en Argentina, pero teniendo domicilio en, por ejemplo, las Islas Caimán. Así nos libraríamos de los p**** impuestos argentinos, diseñados para complicarte la vida y para confiscar tus ganancias.
ReplyDeleteLuis, el post también podría titularse: "El origen de la corrupción", porque a mayor arbitrariedad por parte del Estado mediante regulaciones e impuestos...MAYOR CORRUPCIÓN.
ReplyDeletePido perdón por lo que voy a decir ahora:
¿Qué son para mí las regulaciones? Son como las prostitutas, porque están hechas para ser violadas.
Espero no equivocarme cuando digo que el argentino no nace corrupto, se hace corrupto. ¿Quién lo hace corrupto? El Estado.
Creo que el cambio se da cuando cumplir con las regulaciones resulta más barato que no cumplirlas. Creo que básicamente esa es la diferencia entre países como Canadá y Argentina.
ReplyDelete