Lynne Stewart, una abogada defensora de derechos civiles en EEUU, recibió una sentencia de 28 meses de cárcel por ayudar a su cliente, acusado de intentar volar varios edificios en Nueva York, a comunicarse con sus cómplices. La sentencia, por ser encontrada culpable de proporcionar soporte material a terroristas, fue mucho menor que la pena de 30 años que proponían los fiscales.
Muchachos, puede parecer una joda, pero no lo es.
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