Qué quieren que les diga. Tengo que admitir que yo soy de los que se entusiasmaban pensando que después de la debacle de las Malvinas del últimos gobierno militar los argentinos por fin habíamos entendido que no quedaba otra opción que la democracia y que no podíamos seguir utilizando la violencia como mecanismo para resolver nuestros conflictos como sociedad.
También estuve entre los que se entusiasmaron pensando que después de la debacle en que terminó el modelo estatista inflacionario a fines de los 80 los argentinos por fin habíamos entendido que no quedaba otra opción que movernos dentro de un mínimo de racionalidad económica.
Lamentablemente, una vez más tengo que admitir que me equivoqué de cabo a rabo tanto en lo político como en lo económico. Pasaron 30 años. No hemos aprendido absolutamente nada de nada. Esta es la Argentina 2006, la misma que la de 1976. La misma de siempre.
Espero que me disculpen, pero estoy convencido de que esto es lo que somos, lo que nos sale del alma, lo que llevamos adentro. Para sentarse a llorar.
Luis, te juro que cuando me enteré de esos incidentes lo primero que se me cruzó a la cabeza fue lo de la Masacre de Ezeiza. No lo podía creer...
ReplyDeletePor ahora, no me queda otra cosa que decir, citándolo a Borges, que los peronistas no son ni buenos ni malos: son incorregibles.
Pero atención: si existiera una oposición unida, cosa que no creo que suceda en el futuro, el peronismo no ganaría las elecciones del año que viene. Luis, acordate que en 1999 cuando las dos principales fuerzas opositoras en ese momento, UCR y Frepaso, se unieron, ganaron en primera vuelta.
Mariano Grondona tiene razón: el problema es el "no peronismo".
La verdad es que no lo sé. Personalmente creo que hay amplios sectores de la oposición formal que son muy cercanos al gobierno en el campo de las ideas y propuestas. Sólo los diferencian cuestiones de forma muy menores. Esta gente, como Macri o Carrió, parece decir “nosotros vamos a hacer lo mismo, pero mejor, más prolijamente”.
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