Después de la hecatombe de Misiones, Jorge Asís empieza a hablar del “poder vacante” y cree que los peronistas “perciben la cercanía de la sangre”. Me pregunto si realmente es para tanto o son sólo expresiones de deseo un tanto apresuradas:
Voces anónimas se desprenden del coro, polifónicamente desafinado, de la tragedia griega.
“Compañeros, a prepararse. Porque asoma el principio del fin”.
“Comienzan a entrarle, con sucesiva celeridad, las balas”.
“Se metió sólo en un laberinto. Y afuera del peronismo, no pudo armar nada serio".
"En el distrito único, necesita del peronismo de la provincia de Buenos Aires. Colmada de Caballos de Troya, que esperan la señal de Duhalde".
En Misiones, a Kirchner, no le alcanzó, para sostenerlo a Rovira, con la obscenidad electoral.
En Buenos Aires no le alcanza siquiera para mantenerlo a Solá. Se abre, riesgosamente, el juego.
La caja del keynesianismo tampoco sirve para garantizarse el apoyo de los Intendentes Kash. Una colección de pragmáticos aferrados a las Obras Públicas, que suele gerenciar el caudillo popular José López. Alias El Neolopecito.
Obras Públicas que endulzan a los Intendentes Kash. Esternón de la estructura provincial. Instalados, mayoritariamente, en cuanto comienza a olfatearse la sangre, en el interior del Caballo de Madera. Mientras sienten que se agota la instrucción de sacarle, a Kirchner, lo que puedan.
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