El Opinador Compulsivo

Tengo muchas ganas de sentarme a escribir algo sobre Québec y la “revolución tranquila”. Salvando las distancias, yo personalmente veo algunos paralelismos con la situación de la Argentina. Lo voy a hacer con más tiempo.

El miércoles pasado leí en La Tribune, el diario local, una entrevista muy interesante a Alain Dubuc, un ensayista de Québec que publicó hace unas semanas “Éloge de la richesse” (El Elogio de la Riqueza). Casi me desmayo. En este libro, el autor sostiene nada más ni nada menos que Québec debe dejar de lado las tradicionales políticas distributivas y concentrarse en generar riqueza o arriesgarse a quedar irremediablemente relegada en el concierto de los países desarrollados del mundo.

Alain Dubuc sostiene que Québec es más pobre que el resto de Canadá y de América del Norte principalmente por una cuestión cultural. Se trata entre otras cosas del rol que tiene el ocio en esta sociedad y de las connotaciones negativas que acarrea el éxito. ¿Les hace acordar a algún otro país?

Lamentable no encuentro en línea la versión completa de la noticia. Voy a tratar de escanearla, creo que vale la pena.

Una traducción muy de entrecasa de la presentación del libro:

Quebec is poor. Its standard of living is one of lowest in North America. This relative poverty makes that Quebec does not have any more the means to fulfill its ambitions. And this situation, instead of getting better, risk worsening under the pressure of the demographic shock and universalization. Praise of the richness is a plea where Alain Dubuc aims at convincing the Québécois to cease being afraid of richness and prosperity and proposes a turn in the way of defining our collective objectives so that the creation of richness is in the center of the Québécois project. It speaks in praise of wealth and, at the same time shows us that this economic strategy is also a social strategy because it will give Quebec the resources it needs to be used to fulfill its values of justice and solidarity.